Trébol
tu nacer inaugura ciclos de alegrías
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| Isadora Duncan/Alexander Walkowits (París) |
pero ¿tu lección es una verdad para este mundo?
O solo la reencarnación de Isadora
para una danza bajo las ondas del éter
como nueva huella imborrable sobre la tierra?
O solo eres pañuelo verde
para enjugar el llanto que anega al mundo?
O solo escuela para enseñar
el hacerse la vida?
O solo los tres vértices
para la geometría de la vida?
Trébol
pregúntaselo al niño
o mejor, al vientre de la madre
Sobre el silencio de un trozo de lienzo en penumbra
en un apartado rincón de la sala comedor habitaba
una planta como un pulpo verde con sus brazos abiertos
hojas encrespadas de bordes sierras como si esperara
a quién sabe qué incógnito enemigo
porque en este tiempo espectros de sombras acechan
en los caminos empedrados sobre la espalda del hombre
y esta planta apenas recibía la escasa energía solar
pero suficiente para encender su fotosíntesis
una fronda de tenue luz verdiamarillo
irradiante que esparce una serena alegría
también suficiente para guarecerme de
agrestes signos ¿y por qué este vivir?
Y un buen día va a vivir bajo la luz del balcón
donde el sol sin preguntar le regala sus rayos
y a días, a su pie solitario, le brota un diminuto tallo
pintado de un delicado pálido verde
tanto que al trasluz casi enseña sus entrañas venillas
y en su copita con orgullo ofrece una hojita compuesta
tres pares de lóbulos de un verde un poco más intenso
y bajo caricias de lluvia o brisa húmeda o agua que riega
semana después como si de lejos llegara un hálito mágico
nacen gentío de tallitos luciendo sus hojitas en manojos
que se nos ofrecen como un verde lienzo impresionista
y más adelante sorprende con dúos de florecitas violetas.
Y la planta que ante vivía solitaria ahora disfruta compañía
su vivir en adelante será en sociedad de hermanos
y en dúos de verdes resplandece como un breve divertimento
pero allá lejos las tinieblas agitan a la interrogante
Y así nace a la vida el trébol
vida libre en hermandad
espontánea
sorprendiendo los ojos que le miran
regalando su delicada belleza
en una ofrenda de vida verde salpicado de violetas
Pero de dónde vienes?
quién trajo su simiente y bajo qué tierra la sembró?
el sol?
el viento?
algún mago en el éter?
o ya dormías en largo letargo
atesorando vida
en algún secreto diminuto pliegue?
Y sin complicaciones ni traumas
ni interrogantes antiguas
ni absurdas discordias
ni escondidos odios que suplantan a la savia
nace a la luz para un vivir verdadero
en contraste con aquellos que cultivan la cizaña
es el misterio de la vida poblando el universo
que tú, trébol reivindicas en la Tierra
Pero trébol
ahora está tu vida frente a la vida de otros
que te rodean y que no te esperaban
A quién desafías?
a la vida de aquél hombre que reniega de lo humano?
porque en la muchedumbre hay el cultivador de esponjas de hiel
y en esas sombras de caminos empedrados a la espalda del hombre
se oculta quién para una existencia oscura le quiebra a otros la vida
la de niños que solo nacen para un vivir alegre como hijos
la de la mujer que solo existe en amor para vivir como madre
porque sucede que hay existencias solo para amurallar la vida
entonces, los niños ya no serían hijos para construir humanidad
ni la mujer ya no podría hacerse madre para parir simientes
porque Trébol éste hombre a sus niños como propiedad privada
que también nacieron libres como tú en conciertos de laúd
le fractura la vida
a esa mujer que solo le da amor
para hacerlo florecer sin la semilla del odio
le sepulta la vida
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| Van Gogh/Campo de trigos con cuervos/julio 1890 |
Y este hombre inmisericorde desde su púlpito de mármol oscuro
oscurece el salmo y como profeta de la sombra blasfema:
o padre o madre!
o yo o solo yo!
hijos dejen de serlo para que se hagan a mí semejanza!
dejen a esa mujer para que no sea madre de un mañana!
y como un dios criminal pone la vida en su lanza
la crucifica en el muro de los lamentos
y la obliga a vivir en los claustros que ocultan la luz
puro dolor argamasa para cementar los muros de este tiempo
Y cuándo habrá humano para “amaos los unos a los otros”?
Trébol en tu nave etérea sobre éste tiempo llégate hasta ellos
y entrega tus tréboles hojas como el tamiz que cuela lo impuro
para que siga en pureza la risa suelta en cuartetos de cuerdas
el sueño mirar por la ventana el tránsito de las estaciones
la mirada ingeniera del niño en descifrar el correr del río
para imaginar los caminos donde la libertad se suelta en alegrías
esa enseñanza yacente que ofrenda el océano de sus pupilas
volver al vivir de antes para continuar entregando aleluyas
Y aunque la ira colme a este hombre
y su iglesia siga vomitando tinieblas
el vivir de pájaro ha de provenir del bosque
y sin pedir nada a cambio un yo me canto cantará
los niños persistirán en su tarea de hacerse hijos
la mujer en su afán laborioso de hacerse madre
un hacerse para construir una condición humana perdurable
entonces, copitos de nieve sobre el vidrio de las ventanas
parirán libre como hijos a sus pequeñitos manantiales
que harán aguadas para abrevar la vida que no el odio
y el sol regalándose en veranos darán calor a los aposentos
para que resucite a la vida todo aquél que quiera vivir en amor
y el despertar de mañanas llamarán a recoger las florecillas blancas
que como banderitas jubilosas muestra la hierba después del otoño
y los niños atendiendo al llamado harán manojitos en sus manos
que encienden la primavera en la lluvia de sus risas
y tú trébol, viajando en el carrusel de las estaciones
darás la lección de la vida para una sociedad de hermanos
Y que sepa el mundo que allá en ese cielo azul resplandeciente
siempre estarán “Castor y Pólux” de la constelación “Géminis”
aguardando la luz del parto de esa sociedad de hermanos
bajo la mirada señera del gigante “Orión”
siempre la estrella Polar señalando el norte para llegar a ella
y al fin, el evangelio: “amaos los unos a los otros”
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| Van Gogh/Noche de estrellas |
Jose Carreras En Aranjuez Con Tu Amor
