Rostros de niños
que en el regazo de la madre se hacen hijos del amor
y como el abejar reparten el polen para crear la vida
paisaje gestado para que en él descifremos los códigos de lo bello
y como radiante arcoíris abrirse a todas las manos que anhelan
para encontrar entre tantos caminos aquél que conduce a la vida
y es la misma ruta que la pájara recorre para llegar al nido
hasta ver a su pichoneada alzar el vuelo hacia el altar de la vida
la misma que el sol bordea para abrazar a los planetas y lunas
en el espacio y tiempo infinitos para ir fructificando la vida
y todo ocurre bajo cánticos dentro del templo del universo
ley universal de la vida movimiento uniforme para perpetuarla.
Y en este templo no existen dioses ni mandatos ni obediencia
ni pastores profanando lo humano ni reinado de ovejas
sólo el fluido del amor que fluye libre para que funcione la vida
para que el niño hecho hijo nunca deje de ser hijo ni nunca niño
para que la mujer hecha madre nunca deje de ser madre ni nunca mujer
para que el hombre pueda ascender hasta la condición humana
y ser ella la única semilla de una constante resurrección de humanidad
un movimiento uniforme que canta una canción bajo el sol y la luna