miércoles, 18 de noviembre de 2020

Trinitarias

Incuestionable verdad
la belleza del canto del
pájaro ruiseñor al amanecer
como también el rocío sobre
los pétalos de la flor trinitaria
o igual la belleza del amor
que hace que yo ame
y en pasión me amen
…la madre lo
testimonia!
 


 Y sueño vivir la vida...
y ese sueño de tanto soñarlo
debe llegar hacerse realidad

Sea en sueño o en realidad
mi pensar andando por valles
montañas o mares lleva en
cuerpo y alma a mi madre y
a sus flores trinitarias como
el mismo cielo a sus azules
surcados por rutas de aves
  
Y con ella como ofrenda
paseando ensimismado
por ese largo camino azul
paso sembradíos de flores
trinitarias tras trinitarias
ellas sembrándose en mi
yo sembrándome en ellas
estallando en sus racimos
blancos rojos naranjas
violetas y rosas
…pasión por vivir!
 
Y en cada ramo veo su alma
su rostro estallando en risa
como cada trinitaria en
la gama de sus colores
testimoniando lo bello
la madre misma!
la flor misma!
 
La oigo siento su música y
descendiendo de cada ramo
envuelto en la aureola de sus
perfumes y de sus colores ella
alegre se pone andar a mi lado
…en acordes yo le cuento y
en sinfonía ella me cuenta!
 

 
Y allá lejos como nubes
veo venir frescas alegres
mis otras madres  con los
desvelos por sus hijos entre
lluvia de sus anhelos cayendo
como las hojas del otoño
llamando al invierno
… madres siempre
tras suyo hilera de
vivencias y amores
por los hijos!
 
Y festivos nos juntamos
comunión en una sola caminata
haciendo ramilletes de flores que
timbramos de deseos venturanzas
y multiplicidad de remembranzas
ofrendándolos a cada ser querido
encuéntrese donde se encuentre
…y durante la conversa a
cada quien le guindamos
una flor de trinitaria como
si les diéramos un beso!



Madres siempre…por siempre!
que con el ardor la pasión de su amor
afirman su derecho a ser la fuente de
la historia humana que aún no ha sido
pero que algún día tendrá que serlo
bajo el encendido taller de su pasión
…madre existe en el
corazón de la vida!
 
Y por doquier las gentes voltean
viendo nuestra chispeante caminata
señalando nuestras alegrías en tropel
como pañuelos blancos en vuelo que
muestran en sus puntas la esperanza
y asombradas por tantas risas sueltas
en picardía cuchichean entre ellas
 
Qué caminata infinita
donde madres e hijos
renacen…viven como
las mismas trinitarias
en incendio de colores
entregando su polen
fructicultor al viento


 
Y sin que nadie lo proponga
al término del trayecto andado
entre abrazos y besos a granel
trinitarias y madres se retiran
atender a sus asuntos azules
entre gamas crepusculares
…se ven siluetadas en azul
confundiéndose con aves!
 
Madres y trinitarias dejan flotar
las estelas de sus existencias con
sus perfumes sus espíritus que se
testimonian en cada corazón que
llaman a que no dejemos de amar
¡cada pétalo un chasquido de beso
que van dejando hondas huellas
tallando el caminar por la vida
para los que vienen detrás!
 
Nítido el chasquido del beso
de la madre en la mejilla del hijo
de las hojas pétalos de la trinitaria
lentamente cayendo en el estanque
hasta que por fin llega la otra vida
poniendo en su  mesa a cada quién
a cada cosa cada hacer en su lugar
todo dirimido por el amor
 
Y ese beso esas hojas develando
antiguos mandatos de vivires que
esta oscura vida los ha cancelados
¡amar al prójimo como a mí mismo
amaos los unos a los otros y amor
de madre para que exista la vida!
…testimonios de la madre
para esa historia humana
que de tanto nacer con sus
hijos ella está fundando!

Anidamos en las alas de la alegría…
aún en aquellas naufragando en la tristeza




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