En este tiempo que transitamos
mientras la vida verdadera
nunca se canse de aflorar
entre sus rendijas como hace
la hierba entre las piedras o la
madre en su terco oficio de parir
o el niño cumpliendo sus años
para ir tejiendo su existencia
o como los granos que tejen
las mazorcas del
maizal
podremos hacer advenir
el porvenir que aún aguarda
y de una vez fundar otro vivir
donde se alcance la felicidad