viernes, 30 de diciembre de 2011

Filosofía menuda en tiempo de navidad

Tuya es la navidad
también es mía
y es ofrenda al mundo
pero todavía no es nuestra
solo la esperanza lo es
como la luz que irradia aquella estrella
como el rastro luminoso que va
 dejando mi barquito de papel
que cuando niño solté al mar

Marina/ Vincent Van Gog



A la música de Juan Sebastián Bach que asciende
a las inmensidades astrales del hombre
Magdalena Bach en sus fibras íntimas la bautizó
“esa música del país del alma”
como cuando la neblina en ascenso en los amaneceres
se va haciendo lluvia menuda de rocío sobre el musgo
que tiñe la piel del bosque donde canta el pájaro madrugador
y del amor de albas y auroras va brotar el día en brazos de luces
y a la tarde en ocaso se abre en lienzos tornasol naranjas
paralelogramos de fuerzas crepusculares tapizando el azul cielo
que dejan caer en atmósfera un halo musical como ofrenda en escala
y profecías de pájaros en sus cantos a la mañana y al atardecer
¿y cuál tiempo cuál hombre donde anidará esa música?

  Componiendo los compases para la siembra en el surco

Simbología astral que por algún misterio está inscrita en el universo
que pugna en descodificarse como un trío de flauta piano y violín
en diálogo musical cada uno sumando compases individuales
para al final construir un todo sinfónico juego de adagios y allegrettos
y otro tanto ocurre en el hacer del río corriendo hacia el mar
en el de la flor cuando abre para ofrecerse a la polinización
en el hacer del pájaro que canta sonatas llamando al porvenir
en el de la madre cuando pare los hijos insistiendo prolongar la vida
en el hacer del niño en el oficio de ingeniero y arquitecto de esa vida
sin embargo, aún la interrogante
qué somos
de dónde venimos
hacia dónde vamos

Y qué tantas controversias
que si el tiempo es relativo o absoluto
si el tiempo existe o no existe en el universo
o si solo existe espacio que el universo ocupa
o si todo es un Dios omnisciencias
o si el átomo construyó al hombre que aún no es el hombre

La filosofía menuda descodificando horizontes

Pero en alguna dimensión ese hombre se hizo ser náufrago
como si fuera Quijote extraviado de su camino original
en medio de un tiempo de mal vivir que tensa su interior
y hacia al límite su existencia cuestiona la existencia de Dios
¿porque cómo existir un Dios y éste mal vivir normas del hombre?
¿y por qué no el tiempo de un mejor vivir como esencia de la vida?

Antiquísima discusión que jalona el avance de una ciencia
bajo la antiquísima  proposición de mejorar la vida del hombre
pero tan antiquísima que hoy solo constituye una promesa
que convierte la espera también antiquísima como el hombre
como una interrogante abierta que también aguarda cerrarse
en sucesión de ciclos que construyan el real ser humano
y como su sombra también antiquísima mirando en el puente
el hombre sigue colgado en cualquier dintel de cualquier puerta
por eso en este tiempo el signo mayor del hombre es la esperanza
un vivir que solo habita en los horizontes de esa esperanza
entonces ¿la navidad es solo una ilusión de vida nueva
que cada año nos llega sin encontrar dónde anidar?
o ¿solo deseo intenso aspiración antigua dónde cómo construir
un vivir que sea la manifestación pura de la condición humana?

Pero bajo este cielo silencio parpadeo de las estrellas
sólo tiene existencia el vivir imperturbable de la flor
el del pájaro siempre en canto en la profundidad del bosque
el vivir del niño siempre en risa libre queriendo llenar el universo
en el terco parir de la madre para que nunca falte el llanto y la risa
niño y madre pujando siempre en cerrar la interrogante
como el átomo en el devenir de las moléculas
para el acto único de la creación de la vida
que en algún momento habrá de exigir al hombre que tome
esta vida en sus manos para edificar el vivir
entonces ¿la navidad será en verdad la noche buena
que de las tinieblas habrá de resucitar en día luminoso
para que el hombre a partir de ese día viva en libertad?

 La libertad en alegría como el río que corre al mar

Y bajo mi ciencia simple
como lo es la historia del vivir de la madre perenne
en espera algún día poder servir de norte al hombre
tomo las imágenes que registran el nacer de los hijos
y me pongo seguir la construcción de sus sueños
como quien cuenta gotas que caen sobre la piedra de filtro
que paciente van llenando la tinaja para saciar la sed
o como los simples compases que construyen la sinfonía
para calmar las penas del alma o colmarla de alegrías
y en ellas navego hasta el hoy de sus desenvueltos vivires
que son sumas de las alegrías que  han venido construyendo
unas desbordándose en el concierto alegría de sus hijos
otras en las filigranas que desgranan risas en lo que construyen
y sobre los rieles como cuando pequeños galopear rayitos de luz
sus haceres en olas para seguir enriqueciendo el oficio de vivir
terco en derrumbar los muchos muros que este mundo le opone

 Y esta es la célula múltiple de donde todo parte

Y bajo los aleros de este trayecto que dibuja sus rostros veo
el fluir del tiempo cuajado en sus alegrías en el espacio que ocupan
tiempo y espacio concretos donde nunca han dejado  de ser niños
que reinventando siempre correrías marcan la existencia que viven
¿y dónde existir el universo?
en la dimensión de sus oceánicas pupilas
que  circunscribe la  trayectoria de sus devenires
que las han venido construyendo en lo que hoy son
todo un vivir bajo sus propios pasos y autorías
trama de aciertos y desaciertos
el tejido de sus vidas
Y mientras se haga realidad esta insistente navidad peregrina
¿por qué no cantarla cómo los pájaros que habremos de ser?


Porque contra el  pastoreo de tempestades es necesario alcanzar el futuro
          

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