Y la vida con su
amor
pendulando su
balanza
severamente les
mira
pero ellos
insisten
rezar poner flores
levantar altares
quejarse y llorar
adorar santidades
De pie mirando al mar
bañado en el sepia de la tarde
levemente sacudido por las olas
trayéndome un oceánico
recuerdo
susurrante desde lo hondo del alma
y aflora mi amada
trinidad
que es carne y sangre
de mi carne y sangre
mi hijo Carlos
Eduardo y
mis hermanos José
Ángel
y Octavio Raimundo
obligados a levar anclas
por esta sociedad habituada
a violentar la vida
Y amándoles
mucho les recuerdo
pero vivos en alegrías a mi lado
abrazados por el
rocío del mar
fluyendo de sus almascorazón
en unión indisoluble
con el mío
navegando en aguas
caribeñas
y ascendiendo al
azul cielo
igual a estas aves
marinas
Y ¡amándonos!
en
ese inmenso azul!
en bello encuentro
nos ponemos a conversar
¡como siempre lo
hacemos!
alegre echándonos cuentos
los mismos cuentos
que
por siempre nos contamos
Y no estamos solos
también están riendo
soltando sus
alegrías
nuestra trinidadmadres
Ana la abuela y sus
hijas
Andrea y Carmen
Susana
¡madressiempre¡
quienes señeras nos
cobijan con su amoroso
regazo
pechos llenos de sus
corazones
rebosante de sus aguasdevidas
¡su perenne y eterno amor!
Y allí! cálido hogar
volvemos a nacer
volvemos a crecer
volvemos a amar
de su eterno amor
Y ellostrinidad en
cordón umbilical
de ellastrinidad
siempre volviendo
al tiempoespacio
de sus corazones
como las estaciones
primavera y verano
otoño e invierno
y sin cesar otra vez
a la primavera!
Y a ellos estén donde estén
con ellas habitando azules
desde esta Tierra les busco
ascendiendo en amor para
siempre estar juntos
