martes, 2 de enero de 2007

Mi hija gaby



Del humano verdadero
ella es mi hija…
¡Maria Gabriela!
una flor que sostiene otra flor
y ella flor quiere saber si es flor para otras flores
y se afana siempre para que su flor sea jardín de flores
jardín de flores en otro jardín de muchas flores
flores de otoño
de invierno
de primavera
y volver a jardín de flores de verano

Y cuando me vine su imagen se hizo mi compañera
en múltiples verdes
en múltiples sepias y marrones
estación de otoño
aún en flores de verano
en preparación del invierno que otra vez dará primavera
y María Gabriela en medio de ese espacio sagrado
un espacio compuesto de tierra fértil para la vida
donde Van Gogh pintó en sus lienzos la fantasía

Y le vi…
¿o es el joven ciprés arropado con el verde mostaza?
Su figura algo encorvada por el peso de su esperanza
en el campo recién labrado para la siembra de mañana
bajo una tarde ya en penumbra para anunciar la noche
blandía su paleta melancólica con apenas cinco colores
verde
azul cian
el blanco
el negro
el amarillo su pasión
suficiente para pintar toda la luz del universo que lleva dentro
percibí la angustia de su mano por recoger la vida del campo
él como hombre entendiéndose con las primeras estrellas
y de su pecho gigante vi escapar el anhelo por una vida nueva
y su gran sueño-angustia hacer escuela de colores como arcoiris
de donde esperaba con ansia infinita ver nacer el artista verdadero
el hombre artista que solo sabría pintar la alegría de la vida
en grandes lienzos blancos donde el dolor jamás le alcanzaría
¿fue una visión como la esperanza que escondida espera?

Y a su lado en ese mismo espacio que nos envolvía
mi hija me cuenta los sueños que alcanzaría
en una melancólica tarde de luz que languidecía
y persistente flota la manos afanosas de Van Gogh
como haciendo señas para indicarnos el camino
y la tarde terminó anunciando la noche
y la pregunta sin que nadie la llamara llegó
¿mujer…hombre dónde vas a llegar?

Hija
la historia de este tiempo sigue delante
sin ser nosotros sus autores verdaderos
ajena cada vez más marcha delante
confundiendo los signos de la vida
para que no descubramos los verdaderos
y nuestro sueño a su meta nunca llegue
¿Cuál camino?
Andemos con nuestros propios pasos
sueños nacidos de nuestros íntimos anhelos
como navecitas azules a puerto deben llegar
bajo el propio esfuerzo forjado en desvelos

Y tus sueños…
y el sueño poema
otra historia deberá ser
para otro tiempo de luz
para otra vida de verdad
¡ese es el camino!

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