sábado, 12 de abril de 2008

EL AMOR Y EL NIÑO AUTISTA


El amor no es solo privativo de los humanos. Está en todo ser vivo. Pero el amor entre los hombres adquiere mayor dimensión. Es un amor que se muta de su forma primitiva al nacer a la forma modelada por el desarrollo de la razón-inteligencia: el amor humano Y es un vínculo indisoluble para vivir dentro de un mejor modo de vida que el mismo logra crear. Piénsese en el beso que nos da un niño. Su risa cuando nos ve. Su alma tierna y abrazo que nos acoge… ¡amor humano!

¿Y el vínculo entre los hombres de nuestro tiempo es verdaderamente amor humano? Dejamos la pregunta abierta…Y en medio de esta búsqueda nos tropezamos con un niño que solo tiene comunicación consigo mismo…y la ciencia médica de hoy, ante la inquietud del padre-madre, le dice: “él es un niño autista. Un niño con desorden neurológico que le impide comunicarse con el entorno exterior”.
Un niño “autista”…suena dura la expresión. ¿Y cómo un niño que es capaz de darnos un beso, de abrazarnos calidamente puede llegar a esto? Miremos la sociedad actual, indaguemos en su hacer. Aún no tiene la respuesta.

Y a lo lejos a alguien se le oye decir…

Érase una vez, entre transcurrir de primaveras y veranos, entre inviernos y otoños, una bandada de cisnes pasa la vida volando por toda la faz de la tierra. De norte a sur, de sur a norte, de este a oeste, de oeste a este, un constante migrar. Paisajes de inmensos bosques y de azules aguas gozan de su presencia, y les ofrecen sus frutos para asegurarle una vida feliz. El sol, mostrando su disco dorado espléndido, pleno de energía, muestra su satisfacción. Era una sinfonía de pura vida. La única razón de su existencia. Y los más pequeños –niños emplumados- eran los más bulliciosos, parecían mostrar mayor disfrute y alegría. Vida real, porque desde un principio solo aprendieron a vivir como aves, como pájaros. Y toda su energía la entregan a esa sola misión: su único oficio. Y nunca, jamás, se atreven –ni se les ocurre- a transgredirlo.

Y una vez, en uno de esos tantos viajes, uno de esos pequeños -plumaje blanconieve moteado de azul, y mucha ansia de saber- toma la decisión de una gran aventura nunca vivida: descender desde la altura de los cielos y bajar a vivir entre los humanos. Pero tenía que abandonar su vestido de plumas y tomar la forma de humano. Y así lo hizo con la ayuda del sol y de la luna.
Y se hizo niño con la misma carga de amor, alegría, solidaridad y libertad con la que siempre había vivido. Y de la misma manera –cuando antes era ave- aprendió a ser niño, y siempre solo niño: su único oficio.

Y también a este oficio le puso toda su energía. Pero su empeño, por más esfuerzo que ponía por traspasar su carga, siempre terminaba en fracasos, frustración, incomprensión. No podía comprender porque ese obstinado empeño de los hombres en “vivir”, dirimir sus asuntos con la “máquina” de la violencia. Y por este obstáculo no pudo sembrarle su carga de vida. No pudo vivir con ellos. No se pudo establecer la comunicación entre ambos mundos. Y este niño queda asilado con su “equipaje” de amor, solidaridad, alegría y libertad.. Y esta sociedad, frente a su propio autismo lo llamó niño “autista” Y hoy es el “niño autista”.
Y ahora se le ve, hablar, reír a carcajadas consigo mismo, mirar al infinito como buscando respuestas, abrazarse asi mismo, jugar solo con su propio juego inventado. Y en medio de esa inmensa "soledad", imaginando el "ver" la bandada de cisnes, es cuando, de cara a "su sol", en su rostro aflora la interrogación tierna y humana...



Y mientras el cuento empieza apagarse hasta hacerse lejano eco, se oye nítida la voz de la madre: “Daniel es un niño que es un privilegio tenerlo, nos ha transformado y nos ha enseñado como amar verdaderamente. Nos ha enseñado vivir de otra manera más hermosa. Nuestra familia con Daniel es otra”. Es la respuesta que una joven familia da en medio de una entrevista en TV que explica el drama humano de la crianza y educación de un niño autista. Daniel, ya es un niño de 8 años, cuya vida transcurre entre una Asociación privada de cuidado de niños autista, la familia y la escuela “oficial” formal. Y en la explicación del "fenómeno" autista se señala: "de cada 180 niños que nacen UNO es autista". Fría estadística que no puede ocultar la gravedad del hecho. Apreciamos una cifra elevada que denuncia el silencio entorno a este hecho. Y en una breve indagación constatamos que la prevención, la educación y la protección del niño autista es hoy una ocupación bastante marginal de parte del Estado, y de la Sociedad en general. Y ante esta cruda realidad, la afirmación y experiencia de esta joven familia, nos lleva a la creencia que si esa “transformación” ocurre a este nivel familiar, también en algún momento, en otro tiempo, esta transformación también será posible para toda la humanidad. Y será posible el ¡"reino" humano!. Humanos y Cisnes un pacto de vida para siempre.
El lago de los Cisnes Ballet Música, de Piotr Illich Tchaikowsky

http://es.youtube.com/watch?v=E9UkgUMchSg
http://es.youtube.com/watch?v=kv572N45R6Y

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