Como humanos que seremos
sabemos cuando
donde empezamos
con que elementos lo hicimos
que trozo de trayecto hemos andado
pero aún no sabemos dónde estamos
dónde quedó el mapa que empezamos
perdimos el camino de la historia propia
hasta hoy, a solo hombre hemos llegado
ahora, hacia dónde vamos?
La semilla
la flor
el pájaro
lo saben
y el niño en su océano genético
también lo sabe
Marc Chagall
En un diciembre de aquél año
de algún lugar que puede ser cualquiera
arribaron emociones encontradas
dos fuerzas de signos opuestos
oponentes para forjar historias
la propia la ajena
Uno, niño bello
hermoso
conmoción profunda que grita lo humano
el nacer de un niño
canto de un poema
luz inmensa en la punta
de un acrisolado rayito ingeniero
para la labranza de trigales bajo sol
sonrisas girando calidoscopios
hasta ahora en la comba cósmica
porque sabemos
que aún no es tiempo de la risa plena
solo mirar de estrellas
El otro
terrible
una niña de 7 años
que resuma milenios de hiedra
cuerpo mutado por gérmenes voraces
manos casi extinguidas
intentando asir el juguete
boca que solo emite muecas
en lugar de sonrisas
pero testimonio de que su alma vive
conmoción también profunda
una naturaleza humana
negándose en su propia acción
y un revuelco de tripas
en las entrañas de la tierra sufrida
acera el filo de la aspiración honda del hombre
hasta convertirlo en rabia contenida.
Dos sucesos ocurridos en la misma cuenca del ojo
sin embargo repeliéndose en sus signos
definiendo conmociones opuestas
en una diminuta escala de la existencia
que casi nunca remonta sus confines
no altera el contorno
aunque deja vibrando sus bordes
ondas que apenas trascienden la lágrima
unas de alegría diminuta verdadera
que solo alcanzan forjar un pequeño cristal
otras de dolor grande verdadero
tan grande que define este tiempo actual
pero cada una escribiendo su estela
su elíptica
Una lucha tenaz para no evaporarse
quedarse aunque sea solo en huella labrada
trazas cósmicas para los que vienen en relevo
testimonios del tránsito de este tiempo difícil
donde la vida obliga vivir en bandazos
andar entre bandas
para que la esperanza no llegue arrugarse
siga colgada en la antigua noria
pero sin que nadie se lo proponga
rondas de diminutas chispas han de brotar
de aquella lágrima diminuta
pequeñito haz de fogata como
aquél en las manos del hombre en la cueva
de donde disparó la aspiración de una historia primigenia
para el cantar de un vivir verdadero
Y como pajuela luminosa ha de caer
hasta hacer nido en la pupila del niño
y en su retina grabar
la lucha pero bajo otros signos luminosos
luego todo será gestar
puro gestar
solo gestar
vivir
