martes, 24 de abril de 2018

!El circo! día de la Tierra

Y las simientes de la flora y de la fauna
nacen con el atributo: ¡siempre sembrar! para
siempre reproducirse en más flora y más fauna
siempre seguir germinándose en vida natural
también el hombre comenzó pero ahora él
existe depredándola ¡gestando su muerte!
¿por qué cambia el código de la vida
por un código de la muerte?
 
Tierra sol y luna hermanada por la fuerza de gravedad
La Sinfonía del Nuevo Mundo!
quiso Antonin Dvorák extraerla
de lo hondo de sus entrañas vivas
componiéndola como su sinfonía nª 9
cuando la Tierra todavía no era tumba
sino solo una cuna rodante de la vida
que se le entrega al hombre para que
pueda escuchar su música cósmica
Pero ahora que este hombre
se hizo sordo ciego y extravió su vida
son los pájaros los peces los arcoíris de
los cielos y de las flores y de las plantas
son los niños en su primer llanto-alegría
los que continuaron anidando
la Sinfonía en sus honduras
Y ella revive su nacimiento en
cada niño que la madre da a luz
trayendo consigo el registro de
esa sinfonía de un nuevo mundo
que brota del Universo para que
durante su crecer vaya en amor
construyendo recreando vivíres
Y ese registro suelta un allegro que
en un largo se extiende hasta adagios
cuando lanza al mundo sus primitivas
notas en ese primer llanto alegría pero
luego al crecer va ir hundiéndose en el
tremedal de un violento mundo que en
paradoja emerge de ese nuevo mundo

Y flamea la misma paradoja: ¡el día de la Tierra!
¿de un ser con tan inmensa edad de existencia?
y desde entonces la gran farsa de la vida en
el planeta Tierra hecha sepultura girando
sin parar entorno al sol que atónito la mira
mientras de sus manos en irradiación de luz
fluyen ondas de aquella partitura original de
la sinfonía del mundo primogénito

Y en allegro suenan los trombones como
queriendo retornar a los mismos orígenes
¡vuelve a tú infancia y recoge tu sinfonía!
pero tantos muertos sin cesar mucho le pesan
y le imponen seguir girando como tumba esfera
ante los esfuerzos periódicos de sus bellas ninfas
primavera verano otoño e invierno que persisten
con sus albas envolverlas llenándola de auroras

Sistema planetario/la misma hermandad por la fuerza de gravedad
Pero no cesan los penumbrosos festones
flameando bajo gritos ¡hoy es día de la Tierra!
mientras el hombre con sus bombas y tractor
continua depredándola y asesinándole su vida
abriéndole surcos donde le funda cementerios
para que aquel Caín siga enterrando sus huesos
en medio de un redoble de tambores funerarios

Y  como mercader y sepulturero
bajo esos gritos el mismo hombre se convoca
en trajes de levitas o de esmoquin o fluses u
overol de obrero o en sombreros de cogollos
desde el Poder e Instituciones públicas o de
sus simples casas clamando ¡día de la Tierra!
pero ¿los que depredan la vida de la Tierra
pueden ser los mismos que quisieran
que la Tierra vuelva a ¡viva la Tierra?
entonces ¿cuál día de cuál Tierra?

¿Acaso la de sus grandes heridas desérticas o la
de la sequedad de sus aguas que ahondan su sed o
simplemente la de los asesinatos robos y engaños o
la de las enfermedades la del hambre e inundaciones?
¡Ahora es la esfera del constante calentamiento global!
¡qué pantomima cruel ironía desde sus plazas públicas!
 
Foto satelital/Severos daños en la vida ecológica de la Tierra
Y mientras se monta el teatro
el mismo con las mismas tablas
la mujer convertida en madre
la misma Tierra como madre
la naturaleza como la madre
el padre-madre como Universo siguen
en la misma orilla del camino de la vida
como esperando que la pantomima cese
y sus personajes clausuren la función
pero ésta como ovillo repite sus actos
¿cuándo cesar esta historia repetida?


Y en sus manos como la Stábat Matter
aquella misma Piedad de Miguel Ángel
que carga con dolor al hijo del hombre
también en su alma late la primogénita
sinfonía del nuevo mundo como crisálida
mientras sigue su labor de parir sus niños
siempre lanzando sus llantos grito alegría
y ¿cuándo podrá ser recogido esos llantos
y bajo sus acordes edificar el alegre vivir?

Mientras los pájaros los peces y los arcoíris
y ese alud de gritos llantos alegrías del niño
siguen sin cesar en sus mundos orquestales
interpretándola con la esperanza de que el
hombre decida volver por ella a heredarla y
cuando la herede si habrá ¡día de la Tierra!
y otra vez toda la escala musical la cantará  

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