Y las simientes de la flora y de la fauna
nacen con el atributo: ¡siempre sembrar! para
siempre reproducirse en más flora y más fauna
siempre seguir germinándose en vida natural
también el hombre comenzó pero ahora él
existe depredándola ¡gestando
su muerte!
¿por qué cambia el
código de la vida
por un código de la
muerte?
La Sinfonía del Nuevo Mundo!
quiso Antonin Dvorák extraerla
de lo hondo de sus
entrañas vivas
componiéndola como
su sinfonía nª 9
cuando la Tierra todavía
no era tumba
sino solo una cuna rodante de la vida
que se le entrega al
hombre para que
pueda escuchar su música
cósmica
Pero ahora
que este hombre
se
hizo sordo ciego y extravió su vida
son
los pájaros los peces los arcoíris de
los
cielos y de las flores y de las plantas
son los
niños en su primer llanto-alegría
los que
continuaron anidando
la Sinfonía en sus honduras
Y ella revive su
nacimiento en
cada niño que la
madre da a luz
trayendo consigo el
registro de
esa sinfonía de un nuevo mundo
que brota del
Universo para que
durante su crecer
vaya en amor
construyendo
recreando vivíres
Y ese registro
suelta un allegro que
en un largo se extiende hasta adagios
cuando
lanza al mundo sus primitivas
notas en
ese primer llanto alegría pero
luego al
crecer va ir hundiéndose en el
tremedal
de un violento mundo que en
paradoja
emerge de ese nuevo mundo
Y flamea la misma paradoja:
¡el día de la Tierra!
¿de un ser con tan inmensa edad de existencia?
y desde entonces la
gran farsa de la vida en
el planeta Tierra
hecha sepultura girando
sin parar entorno al
sol que atónito la mira
mientras de sus
manos en irradiación de luz
fluyen ondas de
aquella partitura original de
la sinfonía del mundo primogénito
Y en allegro suenan los trombones como
queriendo
retornar a los mismos orígenes
¡vuelve a tú infancia y recoge tu sinfonía!
pero
tantos muertos sin cesar mucho le pesan
y le
imponen seguir girando como tumba esfera
ante
los esfuerzos periódicos de sus bellas ninfas
primavera verano otoño e invierno que persisten
con
sus albas envolverlas llenándola de auroras
Sistema planetario/la misma hermandad por la fuerza de gravedad |
Pero no cesan los
penumbrosos festones
flameando bajo
gritos ¡hoy es día de la Tierra!
mientras el hombre con
sus bombas y tractor
continua
depredándola y asesinándole su vida
abriéndole surcos
donde le funda cementerios
para que aquel Caín
siga enterrando sus huesos
en medio de un
redoble de tambores funerarios
Y como mercader y sepulturero
bajo
esos gritos el mismo hombre se convoca
en
trajes de levitas o de esmoquin o fluses u
overol
de obrero o en sombreros de cogollos
desde
el Poder e Instituciones públicas o de
sus
simples casas clamando ¡día de la Tierra!
pero ¿los
que depredan la vida de la Tierra
pueden
ser los mismos que quisieran
que la
Tierra vuelva a ¡viva la Tierra?
entonces ¿cuál día de cuál Tierra?
¿Acaso la de sus grandes
heridas desérticas o la
de la sequedad de
sus aguas que ahondan su sed o
simplemente la de
los asesinatos robos y engaños o
la de las
enfermedades la del hambre e inundaciones?
¡Ahora es la esfera
del constante calentamiento global!
¡qué pantomima cruel ironía desde sus plazas públicas!
Y mientras se monta
el teatro
el mismo con las
mismas tablas
la mujer convertida
en madre
la misma Tierra como
madre
la naturaleza como
la madre
el padre-madre como
Universo siguen
en la misma orilla
del camino de la vida
como esperando que
la pantomima cese
y sus personajes clausuren
la función
pero ésta como ovillo
repite sus actos
¿cuándo cesar esta historia repetida?
aquella
misma Piedad de Miguel Ángel
que
carga con dolor al hijo del hombre
también
en su alma late la primogénita
sinfonía del nuevo mundo como crisálida
mientras
sigue su labor de parir sus niños
siempre
lanzando sus llantos grito alegría
y ¿cuándo podrá ser recogido esos llantos
y bajo sus acordes edificar el alegre vivir?
Mientras los pájaros
los peces y los arcoíris
y ese alud de gritos llantos alegrías del niño
siguen sin cesar en
sus mundos orquestales
interpretándola con
la esperanza de que el
hombre decida volver
por ella a heredarla y
cuando la herede si
habrá ¡día de la Tierra!
y otra vez toda la
escala musical la cantará