domingo, 15 de junio de 2008

VISITANTES EN TIEMPOS INDEFINIDOS


En estos días cuento a quien quiera oír
los sigilosos pasos y abrazos de niños
en íntimos tintineos como lluvias de Abril
queridas huellas que alborotan mis fibras
visitantes incesantes que llegan y se van
un sabor de vida intensamente aspirada
que pese a su lucha aún no ha llegado ser


Y se me va yendo la cuenta de los días
y sin quererlo la melancolía se asienta
se solaza como dueña del patio íntimo
derrochando también sus inmensas ganas
ser de una vez para siempre plena alegría
como esos pasos abrazos y risas de niños

Siempre recuerdo mis aguaceros cuando niño
que después de caer en arborizados hilos
van dejando sembradíos en hojitas verdes
espejitos donde bailarán los rayitos de luz
sendas telitas húmedas que cobijan mis pupilas
para guardar los fragmentos de vidas queridas


Y en tejido sensible estos tintineos se anidan
como las gotas pacientes de la piedra manil
que van llenando en pases de fases de luna
la tinaja de agua fresca para saciar la sed

Y siento a Chila llegar reirse y luego partir
y como tejedora junto a otras también
paciente va hilando este fluir de vida


Y después de tardes bañadas en crepúsculos
veo los vallecitos de mi pueblo adormecerse
sembrados de cardones donde cantan paraulatas
mientras el sol en atardeceres de vida marina
va tejiendo entre sus espinas estas ansias de ser
Y dígame “pasos de niños” ¿a dónde han de llegar?
Llévame con ustedes a ver aquella tuna hilar

Tomasso Albinoni
Concierto para oboe:Opus 9 nº2, 2ºmovimiento
y Opus 9 nº8, 3º movimiento

http://www.epdlp.com/clasica.php?id=19
http://www.epdlp.com/clasica.php?id=20

EMBUSTERIAS DE PASOS

foto / joanna ziemba

Qué inéditos recintos recorrerán los pasitos
de los niños que enarbolan en su andar
las embusterías mayores de la vida
ascenderán la cúspide de los saltamontes
descenderán por el alero de las mariposas
deletrearán el abecedario de los sapitos
descifrarán el enigma del canto cristofué
o cabalgarán diminutos en el lomo
de las tortuguitas escapadas del estanque
de las marinerías del amor

Sé que sobre la hierba dibujan filigranas
que emigran a las circunvalaciones de los cometas
mientras trazan elipses en la danza sin fin
de sus travesuras para abrirle boquetes
al viento de las tempestades

Sé que sus pasitos destilan antojos
para anclar sus titireterías al borde
de un suspiro que se resquebraja
en el abrigo del abrazo que los contiene
que no se detienen en las noches
que convocan al encantamiento de los silencios
y que adivinan el salto de los pájaros
en los linderos del bosque que los habita

Sé que somos espectadores que escudriñamos
en esos pasos la levedad del viento
el tintineo que huele a aguacerito
la nostalgia de aquellas aves que deben dejar
su vuelo celestial para regresar a los nidos
de alpiste y de sol

Y que lo hacemos manteniendo a raya la tristeza
sujetando con hilos de cobalto la melancolía
anudando la noche en la franja naranja
de los horizontes para que no opaquen el espejo
de sus ojos ni la transparencia de sus andares
apostando a que no habrá de apagarse
el resplandor que las centellas le regalan cada día
a sus párpados sino que habrá otro bajel
donde navegar en el siempre para
reencontrarnos con los amores que nunca cesan.

Sé sin embargo que se agostan cada vez más las veredas
donde danza la grama su canción de primavera
que se van haciendo diminutos los cielos
que respiran estrellas los pastos que hacen crecer
las móviles espigas de sus manos
que nacen colmadas de confiterías
los sentimientos que no se dejan sujetar
por cordeles que quiebren la tesitura de los sueños

Y entonces la armonía se torna un crescendo
de cuerdas mientras hacemos rituales
desde el recinto acuático donde los lirios
escriben el estatuto frugal de la vida
desde los pliegues acorazados de un plumaje
cardenal en alianza de amor
para que mañana ellos recreen por nosotros
el lenguaje con el que hoy festejamos
este andante con brío en continuo vivace

05 de junio del 2008
mery sananes

Luigi Boccherini
Introducción y fandango
http://www.epdlp.com/asf/boccherini3.wmv

EMBUSTERIA DE EUGENIO MONTEJO


Ni con la muerte dejaría
que mis cenizas salgan de sus campos.
La tierra es el único planeta
que prefiere los hombres a los ángeles.
EM


Qué asombroso que comencemos a conversar con alguien cuando sólo nosotros podemos escucharlo, porque ya nuestras palabras, conmociones e irreverencias ya no puedan alcanzarlo. Más de una vez cruzó por mi mente, abierta a los árboles, pero contenida en el tiempo de las obligaciones, acercarme al poeta para dirimir con él precisamente ese estatuto de los pájaros y los árboles a los que él alude en sus versos, y que tantas veces yo he intentado deletrear en mis interminables epístolas sin destinatarios ni interlocutores.

Y de pronto, cuando aparece la noticia, uno se da cuenta de que en verdad no cumplimos la función para la cual hemos sido hechos, como el pájaro y el árbol, la piedra y el guijarro, que es el de la conservación y la descendencia, pero mucho más que eso, la armonía y la belleza particular que cada cual tiene y mantiene, en su compleja y extraordinaria estructura molecular-espiritual.

Y se siente un vacío, como si hubiésemos dejado de realizar una tarea de grandes proporciones, porque se trataba de poner a dialogar sus árboles y los míos, sus pájaros y los míos, su Alfabeto del Mundo con mi Libro del Hombre, su soledad con mi nostalgia, su esperanza con mis embusterías.

Y no tengo como saldar esa cuenta con Eugenio, porque ya no podré decirle cómo sus versos se enhebraban con los míos y con los de tantos que anónimamente escriben portentosas biografías de árbolas y pájaros, de hierbas y constelaciones, y sobre todo, de esperanzas y porvenires.

Pero nos quedan tantas cuentas por saldar con el universo, el planeta, el continente, los mares y los océanos, con estos territorios que habitamos, desprovistos de fronteras, pero olorosos siempre a café recién colado, a guarapo de papelón, ofrendados por el corazón de la gente, que aún no comulgan en sectarismo alguno.

Entonces, me digo, como cuando me acerqué a Juan Sánchez Peláez, o cuando junté a Federico García Lorca con Luis Mariano Rivera, que es hora de sacar los alfabetos de los libros y las portadas, y aun de esta alta tecnología hecha para comunicar, pero que nos hace más incomunicables que nunca.

Es tiempo de dejar que las palabras salgan al aire libre, como quería Walt Whitman, que naveguen en la gota de lágrima de León Felipe, para que anclen en el corazón de la gente que las conoce de antemano, que le son familiares, para con ellas comenzar a hablar un lenguaje común, un sentimiento de hermanos que no admita vulnerabilidades ni injusticias, sino que fluya como la savia en las ramas, como el polen en el piquito de los tucusitos, como el hilo de agua que nutre a los riachuelos.

Si dejamos ir a Eugenio Montejo, sin hacer ese trabajo de alquimista que él realizaba y reclamaba, se nos habrá perdido entre las marañas de inconsecuencias y veleidades a las que estamos acostumbrados, y nosotros con él, seremos objeto de un árbol convertido en papel, y no al contrario: una palabra convirtiendo la hoja en mágico recorrido hacia el tronco arbusto del cual proviene, en labores de raíz y altura.

Porque cada vez que se nos va alguien que sabe dialogar con el tiempo, con el paisaje, con el ala de las aves, con la tierra, la ausencia y el amor, es como si se hubiese extinguido un bosque, secado una corriente portentosa de agua, clausurada una ilusión. A menos que salgamos a ejercer nuestro propio oficio de alquimista.

Porque cada vez que la pupila incandescente de un niño se reinstala en la retina de un transeúnte, y es capaz de reentablar la conversa detenida con todo aquellos que lo rodea, las flores, las mariposas, los insectos, los árboles, para de allí aprehender ese alfabeto del mundo que le permita, voltear a ver el rostro del hombre que camino en desasosiego a su lado, casi imperceptible, y darle, como quería Vallejo, un abrazo de hermanos, cada vez que eso ocurre el poeta renace y la vida despierta. Hasta que todos alcancemos ese don que nos pertenece por esencia y condición.

Ojalá el tiempo y la capacidad que no tuvimos de irnos a sentar junto a su melancolía para trazar juntos esas razones esenciales y definitivas que convierten ‘La tierra en el único planeta que prefiere los hombres a los ángeles’, nos sirva hoy para ese recorrido impostergable por la esperanza que nos permita al fin hacer ese deslinde definitivo entre los floricultores y los sepultureros, hasta que nazca al fin natural y espontáneo, colectivamente, esa clave en temple de bosque y vuelo de tempestades que requerimos para comenzar a ser en verdad hombres humanos.

Por su propio Autorretrato Dormido, sabemos que se fue con sus pájaros, hacia el mar incansable y la noche, hacia un horizonte inmenso que ya no partirá el mundo con un cuchillo largo, sino que lo andará zurciendo con sus hilos hechos de fibras de piedras, que habrá regresado la silla a su lejano árbol, tal vez al encuentro de ese otro planeta errante que gira alrededor de sí mismo, donde lo aguarda el amor de los amantes, residente por siempre de la tierra, único lugar donde en verdad se abren los párpados. Y allí en esos sitios estableceremos el diálogo en el calendario de los días vividos.

mery sananes

Nota Biográfica
EUGENIO MONTEJO
Poeta y ensayista venezolano nacido en Caracas en 1938.
Su poesía se caracterizó por la rica gama textual y el gran dominio de las formas, constituyéndose en un gran representante de la poesía suramericana. Publicó, entre otros, los libros: "Elegos" en 1967, "Muerte y memoria" en 1972, "Algunas palabras" en 1977, "Terredad" en 1978, "Trópico absoluto" en 1982, "Alfabeto del mundo" en 1986y "Chamario" en 2003. Es autor también de importantes ensayos, tales como, "La ventana oblicua" en 1974, "El taller blanco" en 1983, y "El cuaderno de Blas Coll" en 1981. Falleció en junio de 2008.

La terredad de un pájaro


La terredad de un pájaro es su canto,
lo que en su pecho vuelve al mundo
con los ecos de un coro invisible
desde un bosque ya muerto.
Su terredad es el sueño de encontrarse
en los ausentes,
de repetir hasta el final la melodía
mientras crucen abiertas los aires
sus alas pasajeras,
aunque no sepa a quién le canta
ni por qué,
ni si podrá escucharse en otros algún día
como cada minuto quiso ser:
más inocente.
Desde que nace nada ya lo aparta
de su deber terrestre,
trabaja al sol, procrea, busca sus migas
y es sólo su voz lo que defiende
porque en el tiempo no es un pájaro
sino un rayo en la noche de su especie,
una persecución sin tregua de la vida
para que el canto permanezca.

EM

Juan Sebastian Bach
Tocata y fuga, BWV 565
http://www.epdlp.com/clasica.php?id=855

miércoles, 30 de abril de 2008

Y LA FLOR CAYENA VIVIRÁ EN EL TALLO DE SU PLANTA


¡Chila!
Cecilia un gran dibujo en el mapa de la vida
dibujo de entremezclados trazos laboriosos
que con mucho empeño venía trazándose
en el curso de este tiempo difícil de andar
ella misma tejedora al fin hacía el bordado
con un tesón de minera que la misma piedra
anhelaba su cincel para aspirar a más eternidad

Tanto tiempo fue su andar y desandar
que muchos fueron los nidos de paraulatas
en las ramas de las matas de Yaqui sembradas
en las riberas soleadas de su febril ambular
y sus pichones que se asoman para verla pasar
pronto se hacían grandes ofrendando su cantar
Y más allá se veían las trinitarias florecidas
retando a los araguaneyes vestidos de amarillos
Todo un tiempo largo…tan largo
que paraulatas trinitarias y araguaneyes
cruzaban apuestas quien primero la viera pasar

De todos ella se vestía nutriendo su gran canasto
donde las risas de sus niñas tejían palos de sebucán
en vistosa mezcla con sus grandes anhelos por sanar
bálsamos para untar en su herido cuerpo celular
que no para su espíritu siempre de roca inmutable
adornado de una sonrisa que sola se le veía asomar
como en aquella vara verde floreada del maguey
muy orondo en medio del valle soleado de verano

Y los últimos tiempos fueron de gran intensidad
en un filigramar nervioso de segmentos febriles
de su paso ligero por el abra Maracay Caracas
que no había verde ni amarillos ni marrones que
renunciaran a viajar sobre los bordes de su cesta
como la paraulata montañera recorriendo el valle
en busca de ramitas de mayo para hacer el nido

Era un trajín en que su alma se había empeñado
como el barquito de papel de nuestros sueños
en la travesía de los ríos de lluvia de mi tierra
para mantener el destino tantas veces planeado
en cada invierno después de finalizado el verano
y en curso prefijado su cesta se mantuviera firme
cuyos bordes asoman las savias de su curación
exhumando hálitos como respiros de su esperanza

Un afán en tejer como la arañita en su tela rehaciendo
los hilos infinitos para atajar los soplos del mal tiempo
o como la planta enredadera cundeamor todavía verde
enredándose por la seca empalizada del duro verano
o como la flor cayena ahora caída en suelo árido
toda su vida enhebrar un caer y volverse a levantar
la ilusión de la llama de vela para mantenerse encendida
un constante absorber los soplos de vida de sus niñas

Y ante la pregunta siempre suspendida
Oir la respuesta que deseábamos escuchar
“está mejorando” “hoy está un poco mejor”
¡que tenaz pulseo sostenía para levantar su proa!
velera gritando hacia babor y otros hacia estribor
en días y noches largas que parecían no amanecer
pero el tesón de su alma otra alba alcanzaba ver
como una brisa cálida que apenas remonta la cima
una llamita de vela que entre lágrimas pestañea:
“ahora te quedarás tú solo con las hijas y nietas”
le decía a Juan su compañero de toda la vida
ya presagiando el cierre del dibujo de su existencia
y la necesidad en la garganta de entregar su tarea
y su mandato en que no cese el curso de su vida

Y un 17 jueves de Abril 2008 en hora de la tarde
ocurrió la noticia que estaba renuente en llegar
y que todos sabíamos que no tardaría en venir
como golpe seco en tierra húmeda de lágrimas
o como el crepúsculo después del ocaso del sol
que no obstante el portazo en la luz de la ventana
persistió aquel eco de una de las noches repetidas
“Ahora te quedarás tú solo con las hijas y nietas”
y el “ahora” cobró precisión de “cero” matemático:
Cecilia ya no tenía la necesidad en su garganta
y su mandato ya busca hacia el curso prefijado
en las lágrimas en manantial que virgen corren
haciendo surcos en los rostros tristes de sus niñas
y rictus en los labios de su compañero Juan:
Otros trazos continuarán el dibujo de Cecilia
Otras manos para la reencarnación de su lucha

Ahora llega otra noche en este jueves 17
y ¡Cecilia! ya no musita al oído de su Juan
es otra Cecilia enclaustrada en un nuevo lecho
en capilla ardiente
pésames de tradición de amigos y parientes
dos coronas y una cruz de flores
Una cerrada ventanita de vidrio
para que mire una estampa religiosa
un Cristo alumbrado a su cabeza
Toda una puesta en escena de teatro trágico
¡Chila!
¿Es esta Cecilia?
¿dónde quedan los signos de su lucha?

Ya apunta la madrugada hacia otro día más
y una tibia brisa como manto arropa a Cecilia
a Cecilia que ha pocas días luchaba por la vida
de sangre cálida todavía por sus ansias de vivir
y la sala de la capilla se envuelve en el silencio

La gente con su bullicio se ha dispersado
como gotas de lluvia que caen del dintel
a un piso en cementado que las evaporan
pronto a reiniciarse en las rutinas de sus vidas
Y solo quedamos tres: Cecilia, Juan y yo

Y la madrugada avanza ya menos calurosa
Juan cabecea más por la fatiga que por el sueño
la ausencia inconmensurable sentada a su lado
y yo me asomo al silencio rotundo de Cecilia
que interroga al tiempo que le arrebata la vida
y mudo increpa a los dioses de la estampa:
“Dios creador” vestido con rica túnica
y su báculo de poder en su mano derecha
Jesús a su izquierda en túnica a medio vestir
con la cruz del sacrificio en su mano izquierda
sentados ambos sobre sendas nubes blancas
y sus pies pisando sobre el planeta Tierra
entre los brazos de tres niños ángeles
todo un dominio celestial sobre los hombres
¡Dios! ¿a quién sirve tu báculo de poder?
¡Jesús! ¿a quién sirve tu cruz sacrificio?
Cecilia opone el testimonio de su lucha por la vida

Y a pleno día golpes de ataúd sonando en la tierra
los sepultureros se afanan con destrezas en su oficio
mientras el llanto grito de la nieta desgarra el aire
“adiós abuela te quiero mucho”
“ella ya lo sabes” responde Mary la otra nieta
Cecilia yaciente asiente con su silencio rotundo
y el signo mudo de su rostro queda develado
¡conciencia del amor que dio y recibió!
¡repudio del dominio sobre los hombres!
Y la vida ha de continuar en las otras manos
y la flor cayena vivirá en el tallo de su planta.


Réquiem de Mozart para Chilita
Video-Leonard Bernstein_Réquien-Dies Irae
http://www.youtube.com/watch?v=nl-wRbJoWVA
Video_Confutatis _Escena Salieri y Mozart
http://www.youtube.com/watch?v=nJ226kQJiHY

“Un fuego que nunca muere
en el que ardemos eternamente”

sábado, 12 de abril de 2008

EL AMOR Y EL NIÑO AUTISTA


El amor no es solo privativo de los humanos. Está en todo ser vivo. Pero el amor entre los hombres adquiere mayor dimensión. Es un amor que se muta de su forma primitiva al nacer a la forma modelada por el desarrollo de la razón-inteligencia: el amor humano Y es un vínculo indisoluble para vivir dentro de un mejor modo de vida que el mismo logra crear. Piénsese en el beso que nos da un niño. Su risa cuando nos ve. Su alma tierna y abrazo que nos acoge… ¡amor humano!

¿Y el vínculo entre los hombres de nuestro tiempo es verdaderamente amor humano? Dejamos la pregunta abierta…Y en medio de esta búsqueda nos tropezamos con un niño que solo tiene comunicación consigo mismo…y la ciencia médica de hoy, ante la inquietud del padre-madre, le dice: “él es un niño autista. Un niño con desorden neurológico que le impide comunicarse con el entorno exterior”.
Un niño “autista”…suena dura la expresión. ¿Y cómo un niño que es capaz de darnos un beso, de abrazarnos calidamente puede llegar a esto? Miremos la sociedad actual, indaguemos en su hacer. Aún no tiene la respuesta.

Y a lo lejos a alguien se le oye decir…

Érase una vez, entre transcurrir de primaveras y veranos, entre inviernos y otoños, una bandada de cisnes pasa la vida volando por toda la faz de la tierra. De norte a sur, de sur a norte, de este a oeste, de oeste a este, un constante migrar. Paisajes de inmensos bosques y de azules aguas gozan de su presencia, y les ofrecen sus frutos para asegurarle una vida feliz. El sol, mostrando su disco dorado espléndido, pleno de energía, muestra su satisfacción. Era una sinfonía de pura vida. La única razón de su existencia. Y los más pequeños –niños emplumados- eran los más bulliciosos, parecían mostrar mayor disfrute y alegría. Vida real, porque desde un principio solo aprendieron a vivir como aves, como pájaros. Y toda su energía la entregan a esa sola misión: su único oficio. Y nunca, jamás, se atreven –ni se les ocurre- a transgredirlo.

Y una vez, en uno de esos tantos viajes, uno de esos pequeños -plumaje blanconieve moteado de azul, y mucha ansia de saber- toma la decisión de una gran aventura nunca vivida: descender desde la altura de los cielos y bajar a vivir entre los humanos. Pero tenía que abandonar su vestido de plumas y tomar la forma de humano. Y así lo hizo con la ayuda del sol y de la luna.
Y se hizo niño con la misma carga de amor, alegría, solidaridad y libertad con la que siempre había vivido. Y de la misma manera –cuando antes era ave- aprendió a ser niño, y siempre solo niño: su único oficio.

Y también a este oficio le puso toda su energía. Pero su empeño, por más esfuerzo que ponía por traspasar su carga, siempre terminaba en fracasos, frustración, incomprensión. No podía comprender porque ese obstinado empeño de los hombres en “vivir”, dirimir sus asuntos con la “máquina” de la violencia. Y por este obstáculo no pudo sembrarle su carga de vida. No pudo vivir con ellos. No se pudo establecer la comunicación entre ambos mundos. Y este niño queda asilado con su “equipaje” de amor, solidaridad, alegría y libertad.. Y esta sociedad, frente a su propio autismo lo llamó niño “autista” Y hoy es el “niño autista”.
Y ahora se le ve, hablar, reír a carcajadas consigo mismo, mirar al infinito como buscando respuestas, abrazarse asi mismo, jugar solo con su propio juego inventado. Y en medio de esa inmensa "soledad", imaginando el "ver" la bandada de cisnes, es cuando, de cara a "su sol", en su rostro aflora la interrogación tierna y humana...



Y mientras el cuento empieza apagarse hasta hacerse lejano eco, se oye nítida la voz de la madre: “Daniel es un niño que es un privilegio tenerlo, nos ha transformado y nos ha enseñado como amar verdaderamente. Nos ha enseñado vivir de otra manera más hermosa. Nuestra familia con Daniel es otra”. Es la respuesta que una joven familia da en medio de una entrevista en TV que explica el drama humano de la crianza y educación de un niño autista. Daniel, ya es un niño de 8 años, cuya vida transcurre entre una Asociación privada de cuidado de niños autista, la familia y la escuela “oficial” formal. Y en la explicación del "fenómeno" autista se señala: "de cada 180 niños que nacen UNO es autista". Fría estadística que no puede ocultar la gravedad del hecho. Apreciamos una cifra elevada que denuncia el silencio entorno a este hecho. Y en una breve indagación constatamos que la prevención, la educación y la protección del niño autista es hoy una ocupación bastante marginal de parte del Estado, y de la Sociedad en general. Y ante esta cruda realidad, la afirmación y experiencia de esta joven familia, nos lleva a la creencia que si esa “transformación” ocurre a este nivel familiar, también en algún momento, en otro tiempo, esta transformación también será posible para toda la humanidad. Y será posible el ¡"reino" humano!. Humanos y Cisnes un pacto de vida para siempre.
El lago de los Cisnes Ballet Música, de Piotr Illich Tchaikowsky

http://es.youtube.com/watch?v=E9UkgUMchSg
http://es.youtube.com/watch?v=kv572N45R6Y

LA LUCHA POR LA VIDA UN HECHO COTIDIANO


"Mueren 6 recién nacidos en la Maternidad Concepción Palacios".

Caracas, Venezuela
27 Marzo - 2008

Hoy, "anoche fallecieron, en la Maternidad Concepción Palacios de Caracas, 6 recién nacidos. La causa de ellos sería la falta de atención al no haber suficiente personal de guardia en la institución. La Fiscal General lo ha calificado de 'hecho criminal'. Al parecer los hechos se produjeron porque sólo había un neonatólogo de guardia y se produjeron 16 partos al mismo momento, lo que ocasionó que los 6 bebés fallecieran". Y las autoridades declaran:Las muertes de bebés ya se están convirtiendo en cotidianas. Casi a diario mueren como mínimo 2 a 3. Cada puesto de encubadora es para un solo bebé, y por necesidad, impuesta por la falta de dotación, debemos "sobrepoblarlas" muy por encima de su capacidad. Y esto causa "estadíaticas de mortalidad" muy elevadas, como igualmente vienen ocurriendo con las madres... En esta ocasión diferimos en grado con la Fiscal General. Porque si comparamos, tanto el "hecho" como su afirmación, con la colosal cifra -Fuente del BCV- de 719 mil millones 361 mil de dólares (719.000.361.000.000,00 $), percibida en 9 años (hasta el 2007) por concepto de ingresos petrolero por el actual gobierno(promedio 90 $ el barril de petróleo), no se trata de un simple 'hecho criminal'. Sino un hecho de una mayor dimensión antihumana: se trata de un gigantesco 'hecho criminal'. Para una maayor claridad acotamos que esta sola cifra supera con creces a la suma total de ingresos que han recibido gobiernos anteriores.

**************
¡La violencia! hecho social de casi todos los días… Y esta violencia -en el paso del tiempo- viene ocurriendo a todo lo largo y ancho de este planeta Tierra, llegando a constituirse como un hecho cotidiano en nuestras vidas. Y esta noticia, hoy, una vez más, se testimonia en Venezuela... en la “Maternidad Concepción Palacios”, una Institución cuyo nombre lleva estos dos conceptos para que nunca olvidemos que ella siempre debería ser un Centro científico-médico para “dar a luz”, traer niños vivos y sanos a este mundo, como los únicos hechos cotidianos que en ella deben ocurrir. Pero este hecho es su más cruel negación, como también lo es para toda la honda aspiración humana del hombre de vivir en humanidad.

Frente a este terrible hecho, y a la cara de esta “moderna” sociedad, NOSOTROS le decimos -con toda la fuerza del universo que pueda caber en nuestras palabras-: esa es su noticia, la noticia cotidiana de su tiempo, que testimonia la ausencia de humanidad de sus actos. Pero en otro tiempo -el cual muchos aspiramos su llegada- llegará decirse, la “noticia” se desplegará como arcoiris: HOY, en noche espléndida, un 27 de Marzo, otra vez la Maternidad del Hombre ha dado “a luz”, ha traído “6 recién nacidos” para una Concepción de larga vida que cotidianamente se construirá con el hermoso oficio vivir. Y estos Conceptos –Maternidad y Concepción- tendrán para siempre este significado.

Y como bandera enarbolada al sol y al viento, todas las Instituciones, en este tiempo nuevo, los llevarán inscritos en su nombre. Pero ante...mientras tanto, solo habrá lucha, para que haya –en ese otro tiempo- verdaderamente Maternidad y Concepción. Y de esta aspiración, a continuación les dejamos caer como gotas de rocío dos hermosos hechos humanos... y parecidos HECHOS le seguiran como lluvia de primavera. El ruso Piort Illich Tchaikowski, en esta ocasión, es nuestro portavoz con sus dos Obras maestras:


EL LAGO DE LOS CISNES

Se estrenó en el Teatro Bolshoi de Moscú en 1877 y para 1895 con una nueva concepción de Marius Petipa y Lev Ivanov, con lo que logró un gran éxito en el Teatro Marinsky de San Petersburgo, El lago de los cisnes es sin duda el ballet más popular a lo largo de la historia.

La obra transcurre entre el amor y la magia, enlazando en sus cuadros la eterna lucha del bien y del mal. La protagonizan el príncipe Sigfrido, enamorado de Odette, joven convertida en cisne por el hechizo del malvado Von Rothbart y Odile el cisne negro e hija del brujo.

Coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov. Música Pitr Ilich Tchaikovsky. Libreto de Vladimir Beghitchev / Vasili Geletzer.


Acto I

El joven príncipe Sigfrido celebra su cumpleaños con una fiesta que tiene lugar en los jardines del palacio. Nobles y campesinos acuden para rendirle homenaje. Llega la Reina Madre y entrega al príncipe un hermoso arco de caza, recordándole al mismo tiempo que ya se encuentra en edad de desposarse. Para esto, ha invitado a cinco bellas princesas que le serán presentadas al día siguiente en el baile que se ha dispuesto en su honor. Entre ellas, el joven deberá elegir esposa. Sigfrido acepta esta noticia con bastante desagrado. Al retirarse la reina, el bufón invita a los campesinos para que distraigan con sus alegres danzas al atribulado príncipe. Al caer la noche, cuando los invitados se disponen a retirarse, Benno descubre que una bandada de cisnes sobrevuela los jardines. Sigfrido, fascinado por esta inesperada aparición, toma su arco y en compañía de algunos nobles, que le servirán de guía, se dirige hacia el bosque siguiendo el vuelo de las aves.

Acto II

Persiguiendo a los cisnes, el príncipe ha llegado a orillas de un lago, donde se levanta el castillo del mago von Rothbart. Cuando Sigfrido se dispone a disparar con la ballesta a un blanco cisne, observa con inmensa sorpresa, como el ave se transforma en una bellísima joven. Es Odette, la princesa hechizada por el maligno von Rothbart, que ante la presencia de un ser humano, experimenta extraña inquietud. Antes de que ella pueda advertir al príncipe sobre los peligros que le acechan, se presenta el mago que ha presentido la amenaza que se cierne sobre su maleficio. Sigfrido intenta atacarlo, pero Odette se interpone, implorándole desista de su propósito, ya que la muerte del hechicero implicaría también su muerte y la de los demás cisnes que pueblan el lago. Fascinado por la belleza de Odette, Sigfrido la sigue, jurando amarla eternamente. La princesa comprende entonces que felizmente ha llegado el hombre que podrá liberarla del fatal hechizo. Los cisnes desaparecen, volando hacia la luz del amanecer.

Acto III

En el gran salón del castillo todo está dispuesto para iniciar el baile. Anunciadas por los heraldos aparecen las cinco princesas con su séquito. El príncipe baila con cada una de ellas, pero sus pensamientos están tan lejos de la realidad que no repara casi en las bellas invitadas. La reina, preocupada por la indiferencia de Sigfrido, lo insta a elegir a la doncella que prefiera como esposa, pero un heraldo anuncia una inesperada visita: es el mago von Rothbart, quien, bajo el aspecto de un noble caballero, presenta a su hija Odile, una nueva pretendiente. Sigfrido queda impresionado por la enigmática mujer, que enrarecidamente, le recuerda a Odette. Odile toma su lugar junto a las demás princesas y baila con el príncipe. El engaño es ahora total y el príncipe está convencido de que se trata efectivamente de la princesa Odette. Radiante de felicidad la presenta a la reina como la esposa elegida. von Rothbart exige ahora al príncipe un juramento de fidelidad. Sigfrido lo pronuncia con firmeza. Odile y el hechicero descubren su engaño a Sigfrido, quien advierte desesperado que traicionó el amor de Odette, y corre al bosque a su encuentro para, arrepentido, pedirle perdón.

Epílogo

Los cisnes, muy entristecidos, tratan de infundirle ánimo a la desolada Odette. La desdichada joven sabe que todo se ha perdido y que no recuperará ni su amor ni su forma humana. El triunfante von Rothbart impone a su antojo, su dominio sobre los cisnes. El príncipe Sigfrido llega al lago decidido a alcanzar el perdón de Odette y se enfrenta, poniendo en riesgo su propia vida, a la maldad y el poder hechicero de von Rothbart.

La valentía que motiva el verdadero amor que Sigfrido siente por Odette, se transmite a todos los cisnes y juntos enfrentan al oscuro poder. Sigfrido conduce a von Rothbart a las tinieblas eternas, Finalmente, el amor destruye el hechizo. Al amanecer, las doncellas dejan de ser cisnes; Odette y Sigfrido se unen para siempre.

http://es.youtube.com/watch?v=kv572N45R6Y

CASCANUECES

La obra fue estrenada el 17 de diciembre de 1892, en el legendario teatro Mariinskii de San Petersburgo bajo la coreografía original de Lev Ivanov, el libro de Marius Petipa y la música de Piotr I. Tchaikovsky.

La primera historia que se conoce de El Cascanueces está basada en el libro de cuentos de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, titulado: "El Cascanueces y el Rey de los ratones" (1816).

Sin embargo, el argumento que daría vida, años más tarde al ballet de Tchaikovsky deriva de una adaptación que Alejandro Dumas (padre) hiciera del texto de Hoffmann.

Acto I

Escena 1

Es Navidad. Entre los invitados que llegan a la casa de la familia Shtalbaun se encuentra Drosselmeier -el preferido por los niños. Impacientes, los pequeños esperan que en el árbol se enciendan las luces de colores. Llega el mago con su regalo para los niños: un teatro de marionetas. La fiesta continúa; los abuelos también bailan superando los achaques propios de su edad mientras los niños juegan. Las marionetas Colombina, Arlequino y Saracinos inician su baile. Todos están muy emocionados cuando el mago se quita su máscara: es Drosselmeier. Clara y Fritz, los hijos de Shtalbaun le piden a Drosselmeier que les regale las marionetas pero éstas ya se las han llevado. En su lugar les regala un ridículo muñeco cascanueces. Fritz arrebata el muñeco a Clara y lo rompe. Ésta se consuela echándole en la cama. Los invitados abandonan la casa después del baile para finalizar la fiesta navideña.

Escena 2

Ha anochecido y la habitación donde se encuentra el árbol adquiere un aire misterioso, casi milagroso. Asustada, Clara va a ver a su muñeco enfermo Cascanueces. Melancólica observa como un búho se convierte en Drosselmeier mientras la mira con una sonrisa burlona. A su señal, del suelo aparecen ratones encabezados por su Rey. Clara quiere huir pero las fuerzas la abandonan y sólo consigue acercarse al árbol que muy deprisa empieza a crecer, mientras todo a su alrededor cambia. Los soldados de plomo cobran vida y, encabezados por Cascanueces, inician una batalla contra los ratones. Las fuerzas son desiguales, van venciendo los ratones cuando Cascanueces se queda sólo ante el ejército de roedores. Clara lanza un zapato al Rey de los Ratones y consigue ahuyentarlos. Cascanueces yace en el suelo. Clara se acerca a él: es un joven príncipe. Él la mira agradeciendo su ayuda.

Escena 3

La habitación se convierte en un bosque invernal. Unos levísimos copos de nieve bailan milagrosamente mientras una estrella del árbol atrapa a Clara y al Príncipe Cascanueces como en un sueño, introduciéndolos en una carroza que les conducirá hasta la cima del árbol.

Acto II

Escena 4

Juntos inician su viaje hacia la cima del árbol, pero los ratones les alcanzan entablándose una nueva batalla. En esta ocasión Cascanueces sale vencedor. Llegan al reino de los muñecos donde son recibidos por doce pajes. El Príncipe narra lo sucedido y cuenta como Clara le salvó, motivo por el que todos muestran su agradecimiento, celebrando una gran fiesta en honor de ambos. Se despiden del reino de las Nieves y siguen su camino por el Río de la Limonada hasta llegar al Reino de las Golosinas donde la Reina de los Dulces los espera con un agasajo en su honor en donde varios bailarines de distintas partes del mundo bailan para ellos.

Escena 5

Finalmente, el mundo de ensueño de Clara se desvanece y ella se despierta dándose cuenta que todo ha sido un sueño. Sus padres van a buscarla para que salga al portón a despedir a su padrino Drosselmeyer quien junto con Daniel regresa a su taller de relojes y muñecos.

...y este epílogo para la vida. También hecho cotidiano


http://es.youtube.com/watch?v=anIkwFNHVvc

miércoles, 9 de enero de 2008

PEQUEÑA ODA DE LA ALEGRIA


En un amanecer tuve un sueño originario
ansias honda de poblar al universo
como el polvo cósmico al átomo
a la molécula que todo lo llena
como yema vegetal que se hace árbol
el árbol en los caminos que se hace bosque
Y en enteros días y noches repetía el sueño
como el sol lo hace en auroras y crepúsculos

Y un día llegaron como lo hace el rocío
Avé
Purísima
Avé
Amor
Avé Marías

Y llegaron como poema venido de muy lejos
compuesto por tejidos de sueños y anhelos
en travesía de días de sol y noches de cielos
y las dos Marías
se me hicieron canto lleno de gracia
y ya mis días fueron de sol y de luna
y les canté
¡Marías bienvenidas sean!



Y como sembrador ante sus sembradíos
clavé mi esperanza sobre el horizonte
y el sueño hecho rumbo supo donde ir
en sucesión de días de sol y fases de luna
y las dos Marías las convertí en mis estrellas
en constelaciones vecinas de un solo cielo
y toda la vida ha sido un jugar de estrellas
descifrando los signos estelares de la vida
que en mi tiempo se han fundido en la mía

Y ocurre desde una María luz tenue azul
cristal de anunciación de un trozo de luz
envuelto en Oda de alegría vestida de elipse
¿Quién toca a la puerta de la esperanza?

Y ocurre que el sueño se hace latido en su fruto vientre
como aquella flor mañanera que se hace fruto maduro
y se hace canto auroral para hacer fértil a la tierra
como espigas de trigos madurando sus granos
como manos trémulos entregando el fruto divino

Y como la abeja sabia ante el néctar ansiado
es la misma María de aquella conjunción
que en empeño de vida cristaliza en Gaël

y ya mucho antes había cristalizado en Jesús


Y ahora en nueva conjunción floricultora
acrecienta la siembra que viene haciendo
en clave de sol sobre cuerdas de mandolina
un himno de alegría para unirnos a todos
mientras la otra María con su risa abierta
cría sus semillas entre rendijas de inviernos
para venideras primaveras de flores y frutos

Y como en aquél tiempo
un canto Avé muy adentro hice
Avé
Purísima
Amor

Este mismo canto aún más alto se oye
como el sol que nunca cesa de alumbrar
sobre pentagrama cifrado en tono sol mayor
para fugas de gigas plenas de pura alegría
entonadas en las mismas cuerdas de mandolina



Avé
Purísima
Amor
Mi pecho y mis brazos se hacen cuna
¡Purísima Carmina!
Bienvenida eres entre todas las mujeres
una niña una mujer un hombre un solo ser
¡Gratia plena!
Gracias plena en las iris niñas de tus ojos
la síntesis de una alegría mayor
mi propia síntesis de alegría

¡Y alegría al viento!
sobre un barquito hecho en papel de color
ansioso de navegación en lluvia de primavera
mi copa iza vela en lo más alto de su mástil
como el río que corre alegre porque lleva la vida
Y aquí muy dentro del corazón te haré una fiesta
¡te celebro Carmina!

Avé
Amor
¡Purísima Carmina!
Flor lirio en el remanso del estanque
encendiendo luces sobre rieles de risas
y de noche en estrellas llevando mensajes
que compondrán vida como el horno de pan

¡Y alegría al viento!
mirando tu rostro de niña húmedo de rocío
envuelto en el plácido sueño de tus inventivas
mi alegría como tea encendida
ahora anclada muy dentro de tus pupilas
Avé
Purísima
Amor

Y el sueño como yemas en verde puro
abierto en abanico de realidades porvenires
Amor
purísima
¡te celebro Carmina!




J.S. Bach / Fuga / BWV 998 / Alirio Díaz / guitarra
http://www.epdlp.com/asf/bach37.wma

jueves, 17 de mayo de 2007

Y ESA IMAGEN...!


Y esta imagen
a partir de ahora la llevaré
prendida en mi alma
y ella –mi alma- tambièn
su gemela serà






LA LLUVIA


La lluvia

Airosa en un viento alado
a tu nidal alzaste vuelo
hollando en el aire tú huella
como quien deja algo olvidado
una débil lluvia en estela blanca pertinaz caía sobre las hojitas verdes
que siempre miro a través de mi ventana
y desde su dintel se hacía en neblina
sobre un tenue sol de vivo amarillo
haciéndome provocadoras cabriolas

Y algo cálido imprevisto sin dejarse ver
empezó ascender en impulso de emoción
paso a paso sutil se tejía en melancolía
como vivo testimonio de un anhelo vivir

Y era ver las gotitas en los bordes de las hojas
tercas para que tú presencia prendida quedara
tocadas como racimos con mis propias manos
para dejarme sentir el momento esperado
tres uvas vidas ya maduras en alegría pura

Y así todo mi ser se puso en tensión afectiva
¡me dije: solo un poco hay que esperar!
cerré mis párpados dejándole una pequeña luz
y como niño volví otra vez en ofrenda abierta
Y te juro compañera que cigüeñas vi cruzar
las mismas que a mi madre le oí contar

¿Qué signos me hablan?
¿Quiénes desde entrañas se aproximan?

Una melodía el silencio me deja escuchar
¿o es mi madre canturreando?
como tañidos de pianos de un nocturnal
y esa lluvia persistente en mayor caudal
en blanquísima luz transparente se avivó
preludios de los contornos de un triple nacer
y vi tres niños anidados sobre sábanas blancas
y muchos cascabeles de risas locas en tropel
que toda la atmósfera apenas podía sostener

Y la alegría con ímpetu quería salir
a repartirse sin ataduras por el mundo
como si de verdad viviéramos un vivir
pero la vida misma un alerta nos deja oír
que la propia alegría aconseja acompañar
¡porque oigamos!
aún es tiempo de solo acampar

Y sabemos…
aún no es tiempo de vida verdadera
aún no es tiempo de alegría libre
pero sabemos…
dentro del ser puro que somos
develar podemos la vida verdadera
hacer que la alegría ande a sus anchas
y en sus entrañas tiempo nuevo nacer

Y la lluvia empeñada seguía cayendo
como dedos quedo sobre teclas de pianos
jugando a oír las notas del largo nocturnal
de purísimos fa y purísimos sol entretejidos
prefigurando nubes blancas entre hilos de lluvia
Y entre sus rendijas otra vez la nostalgia
como lo hace el sol sobre los trazos del crepúsculos
urdimbre de lluvia sol y nube que compone la mañana
Y mi mirar queda extraviada entre su tejido iluminado
y otra vez vuelvo hacer el niño que solo quiere jugar
mis manos sumidas en doblajes infinitos del blanco papel
la fantasía de mis barquitos que con amor pongo a navegar
en alegres ríos que la lluvia diligentemente hace renacer
y los veos jubilosos balancearse sobre las sepias olas
llevando a no se donde las primeras cargas de mis sueños
que la lluvia me los hace vibrar desde el fondo del tiempo
como golpe sucesivos de agua fresca sobre la borda
¿Qué habrán sido de ellos?

Y siento que la espera se hará un poquito más larga
le permito a mis ojos entrever un poco más de luz
mientras la lluvia sigue cayendo en tintineo labrador
y siento llegar los sonidos dulces desde otras riberas
el canto de queridas entrañas nacidas de las mías
el nacer de hijos de mi hija para nueva primavera

Y de golpe como ola marina que golpea la costa
¡caigo en cuenta!
éste vivir nuestro
es un vivir en tiempo de nostalgia
un tiempo hecho de nuestros sueños
y somos en este tiempo
una vida de pura nostalgia
pero la nostalgia que intuye la vida pura
la nostalgia que nos aproxima la alegría
en un sediento anhelo de beberla ya

Y así vivimos compañera de la vida…
mientras transitamos este camino
entre alertas y nostalgias
siempre plantitas verdes
el vivir de nuestras vidas
alzando copas celebrémoslo

LA RISA DE MI MADRE























La risa de mi madre
Siempre estuvo adentro
en su alma
en su corazón
viene de sus entrañas
La risa vino con ella

Niña mi madre
También tuvo sus muñecas
jugaba a mamá
a crianza de niños
Y desde entonces
siempre fue niña
y desde entonces reía
y se hizo mujer con su risa
y sus hijos poco veían su risa
poco la disfrutaron
porque su risa estaba adentro
en su corazón
en su alma
y no la veían

Niña mi madre
Carmen Susana
se le veía bordar
sus manos magian
tejidos coloridos
para vestir la mesa de todos
engalanar la cama de sus hijos
primor sus muñecas
nacidas de sus manos
y con las agujas de bordar
iba punteando el hilo
se hacía más niña
y su sonrisa a flor de labio
acompañando la puntada

Mi madre frente a otros poco reía
Su trabajo de abeja la absolvía
el afán por sus hijos no la dejaba
el madrugar a la molienda de maíz
el fogón de leña siempre encendido
el fabricar de arepas para la venta
mandar su hijo a vender arepas
y luego tenerlo limpio para la escuela

Así hizo su infancia
Así se hizo mujer
Así se hizo madre siempre
y poco se le veía reír
o reía y no la veían reír
Sus hijos
sus hijos eran su risa
Y ellos reían y ella reía

Pero a ella poco la veían reír
Porque su risa sonaba adentro
como el eco dentro un aljibe
como alegría dentro de ola marina
Como la lluvia dentro de la nube
Risa profunda del alma
Como el verbo dentro del Hombre

Pero cuando reía
cuando su risa salía
ella se hacía universo
danza de abejas
estrellas bailando
crepúsculos y amaneceres
mundo nuevo anunciándose

Y sonaba su risa cantarina
mar abierto y oleado
viento jugando con las olas
el aire dentro del caracol
cataratas desbordantes
luz desparramándose
maná de leche materna

¿Entonces madre?
Tu risa estaba allí
siempre estaba allí
y los hijos poco la veían
Pero los hijos reían
y era ella quien reía
Y cuando ella misma reía
era el mundo soñado cuando niño
el mundo que algún día llegará

En la risa de una madre
está la risa del mundo
está la alegría que se espera
¡Hijos venla que es su risa!
¡Venla que es el mundo que esperan!
Y si hay risa de madre
el mundo nuevo llegará
los dioses se evaporarán
y este tiempo terrible pasará

Entonces tu risa madre
risa de adentro y de afuera
una sola risa ancha como el mar
una sola alegría como puerto abierto
¡Carmen Susana!
pan para todos
madre para todos

EL HOMBRE: EL MISMO EL PROPIO POEMA


.















En sus HOJAS DE HIERBA, el poeta Walt Whitman, nos señala de modo indirecto, la razón, la causa del mal tiempo que hoy al hombre le ha tocado vivir: un tiempo fundado en un HACER que niega la "soberbia amistad" que le concibe el poeta. Y por el contrario, en forma directa, con precisión en sus Hojas, le señala la solución: un tiempo, una vida, un HACER, fundado en “una soberbia amistad” ¡El amor entre los hombres! Reflexionemos, y con sentido de proyección, este breve poema de Witman:

A Oriente y a Occidente
Al hombre del Estado Marítimo y de Pennsylvania,
Al canadiense del norte, al meridional que yo amo,
Estas hojas; sé que os pinto tan bien como a mi mismo,
los gérmenes están en todos los hombres,
Creo que el fin principal de estos Estados es fundar una soberbia amistad,
exaltada, desconocida antes,
Porque comprendo que ella espera, y ha esperado siempre, latente en todos los
hombres.


Nosotros, prolongando a Whitman, decimos:

“A Oriente y Occidente”, a todo punto del planeta Tierra, a cada punto del Universo, cuando logre habitarlo, el hombre deberá “fundar una soberbia amistad, exaltada, desconocida antes”. Y si aún no la ha echo, como en efecto así lo es, debe saber que está en mora con este mandato universal natural. Y también debe saber, profundamente, en su conciencia, que esta tarea universal, “una soberbia amistad”, está en “espera, y ha esperado siempre, latente en todos los hombres”. Por que “los gérmenes están en todos los hombres”

Y cuando el hombre, por fin, decida sustituir la actual historia, por otra, fundada sobre esta “soberbia amistad”, advendrá ese momento glorioso, esperado, el momento de la construcción de la Humanidad plena, la Humanidad porvenir: una Humanidad fundada en el amor, sobre “una soberbia amistad”. Y habrá de ser así, porque “los gérmenes están en todos los hombres (…) Porque comprendo que ella espera, y ha esperado siempre, latente en todos los hombres”.

Y frente al actual estado de cosas que hoy vive el hombre, y que configura, su actual malvivir, “ella”, la Humanidad de “soberbia amistad”, constituye su más hermosa y cara esperanza. Diríamos, la madre de todas las esperanzas.¡Estamos en espera por ella!
¿Podríamos OTRO HACER hacia ella?

¿Y podría una sociedad, un tiempo, una Humanidad, crear su propio espacio, su tiempo y su historia sin la compañía de la alegría? ¿Y cómo habría de ser esa alegría? Otra vez, le damos la palabra al poeta Whitman, y traemos fragmentos de su Canto de Alegrías

CANTO DE ALEGRIAS

¡Oh, componer el canto más jubiloso!
¡Lleno de música –lleno de virilidad, de lo femenino, de lo infantil!
Lleno de ocupaciones comunes –lleno de mieses y de árboles.
¡Oh, las voces de los animales –oh, la rapidez y el equilibrio de los peces!
¡Oh, encerrar en un canto la caída de las gotas de la lluvia!
¡Oh, encerrar la luz del sol y el movimiento de las olas en un canto!
¡Oh, la alegría de mi espíritu –ha escapado de su jaula- parte como el relámpago!
No me basta poseer este mundo y el tiempo limitado,
Poseeré millares de mundos y el tiempo infinito.
(…)
¡Oh, el paseo gozoso por campos y laderas!
Las hojas y las flores de las hierbas más comunes, la quietud fresca y húmeda de los bosques,
El olor exquisito de la tierra en la aurora y durante toda la mañana.
(…)
¡Oh, la alegría de esta vasta simpatía elemental que sólo el alma humana es capaz de engendrar y emitir en ondas constantes e ilimitadas.

¡Oh, las alegrías de la madre!
Las vigilias, la resistencia física, el amor precioso, la angustia, la vida pacientemente ofrecida.

¡Oh, la alegría del aumento, del crecimiento, de la recuperación,
La alegría de arrullar y pacificar, la alegría de la concordia y la armonía.

¡Oh, volver al lugar de mi nacimiento,
para oír cantar a los pájaros una vez más,
Para vagar por la casa, por el granero y los campos otra vez,
Y por el huerto, y por los viejos senderos otra vez.
(…)
Oh, la alegría de mi alma, que se apoya en equilibrio sobre si misma, que recibe la identidad a través de la materia y que la ama, que analiza las personalidades y las absorbe,
(…)
¡Oh, concebir el espacio!
La abundancia de todas las cosas, que no tiene límites,
Salir y ser del cielo, del sol y de la luna, de las nubes vagarosas,
Confundirme con ellas.
(…)
¡Oh, la alegría de un yo viril!
No ser esclavo de nadie, no deber deferencia a nadie, a ningún tirano conocido o desconocido,
Marchar erguido, con pasos vivos y elásticos,
Mirar con mirada calmada o con ojos relampagueantes,
Hablar con una voz llena y sonora, que sale de un pecho robusto,
Poner frente a mi personalidad todas las otras personalidades de la tierra.
(…)
¡Oh, hacerme a la mar en un navío!
Abandonar esta intolerable tierra firme,
Abandonar la monótona uniformidad de las calles, de las aceras y de las casas,
Abandonar, oh tierra sólida e inmóvil –embarcarme en un navío,
Y ¡navegar, navegar, navegar!
(…)
¡Oh, hacer de la vida, desde ahora, un poema de nuevas alegrías!
¡Bailar, batir palmas, regocijarme, gritar, saltar, rodar y rodar, y navegar siempre!
Ser marinero del universo, dirigirme a todos los puertos,
Ser el navío mismo (contemplad, en efecto, estas velas que despliegan al sol y al viento),
Un navío veloz que hincha sus velas, lleno de palabras fértiles, lleno de alegrías.

EL HOMBRE: EL MISMO EL PROPIO POEMA (II)


El hombre de este tiempo vive una gigantesca circunstancia: su cárcel. Y es toda ella una historia imprevista, abrupta. Una historia contra la voluntad del hombre y su derecho a la vida. El hombre viene matándose desde hace siglos. A este terrorismo, de ayer, de hoy y el de “mañana”, le oponemos estos textos y este Poema. En síntesis, la Canción de la Vida, de siempre y por siempre:

¡VIVIR!...

¡VIVIR!
Hermosa tarea
Simple tarea
Sencilla tarea

¡vivir!
Si uno quisiera
Si el hombre quisiera…

Por eso...
Por toda la aspiración
que cabe en el pecho



Y Mery Sananes nos habla sobre el poeta Nazin:

Nazim Hikmet (Salónica, 15 de enero de 1902 / Moscú 03 de junio de 1963) verso y palabra tejidos en el interior del corazón, desde la primera vez que vimos deletrear la libertad desde el fondo de un pozo que jamás fue almácigo de agua. Desde entonces nos acompaña dulcemente como una banderola extendida de sueños, como un suspiro que se nutre de la lluvia, como un tiempo que algún día se construirá sin cárceles ni carceleros, hecho a la medida de sus agigantías de amor.


Invitamos a recorrer sus recintos amurallados
desde los cuales dibujó los horizontes sin límite del infinito oficio de vivir. Hizo del planeta su casa, y del grano de trigo que no fue pan para su mesa, un campo servido de flores para festejar la vida. Delineó la condición humana, desde donde le quitaron hasta el aire. Y dibujó sobre paisajes invisibles el paso del viento, el sonido de las aguas, el concierto de la alegría cuando el hombre ama. Surtió la vida con el manantial de su dulzura, como si lo terrible no existiera derramado como un precipicio sobre las pupilas desencajadas de un tiempo sin futuro. Y abrió boquetes como quien siembra membrillares en el huerto imaginario de los espacio de la luz.

Sus versos son andanzas para establecer con ellos un estatuto del vivir. ¿No bastaría acaso para dejar de vivir sobre la tierra como un inquilino, para vivir como una ardilla sin esperar nada fuera y más allá del vivir? ¿No será suficiente comprender que en las cuatro estaciones se encierra todo el secreto de lo vivo y que en las estrellas más lejanas está escrita la lección del vivir? ¿No podremos acaso, armados de flor y arcilla, brisa y rama, aldea y universo, comenzar a edificar la casa del hombre, sin muros ni murallas, sin alcabaleros ni gendarmes, sin legiones de sepultureros, tan solo con la mano extendida hacia el hermano hombre, para sembrarle amaneceres a la muerte?

Ahora, veamos, lo que nos dice el propio poeta:

No vivas en la tierra/
como un inquilino/
ni en la naturaleza/
al modo de un turista/
Vive en este mundo/
cual si fuera la casa de tu padre/
Cree en los granos/
en la tierra, en el mar,/
pero ante todo en el hombre./
Ama la nube, la máquina y el libro/
pero ante todo, ama al hombre/
Siente la tristeza/
de la rama que se seca/
del planeta que se extingue/
del animal inválido/
pero siente ante todo la tristeza del hombre./
Que todos los bienes terrestres/
te prodiguen la alegría/
Que la sombra y la luz/
te prodiguen la alegría/
Que las cuatro estaciones/
te prodiguen la alegría/
Pero ante todo, que el hombre/
te prodigue la alegría


De su libro de poemas Duro Oficio el Exilio, editado por Editorial Lautaro de Buenos Aires en 1959. La traducción al español es de Alfredo Varela, realizada con la colaboración del autor.
www.45-rpm.net/palante/hikmet.htm


ACERCA DEL VIVIR

El vivir no admite bromas./
Has de vivir con toda seriedad,/
como una ardilla, por ejemplo;/
es decir, sin esperar nada fuera y más allá del vivir;/
es decir, toda tu tarea se resume en una palabra:/
VIVIR./
Has de tomar en serio el vivir./
Es decir, hasta tal punto y de tal manera/
que aun teniendo los brazos atados a la espalda,/
y la espalda pegada al paredón,/
o bien llevando grandes gafas/
y luciendo bata blanca en un laboratorio,/
has de saber morir por los hombres./
Y además por hombres que quizás nunca viste,/
y además sin que nadie te obligue a hacerlo,/
y además sabiendo que la cosa más real y bella es/
VIVIR./
Es decir:/
has de tomar tan en serio el vivir/
que a los setenta años, por ejemplo,/
si fuera necesario plantarías olivos/
sin pensar que algún día serían para tus hijos;/
debes hacerlo, amigo, debes hacerlo,/
no porque, aunque la temas, no creas en la muerte,/
sino porque vivir es tu tarea.
II
Sucede, por ejemplo,/
que estamos muy enfermos;/
que hemos de soportar una difícil operación;/
que cabe la posibilidad/
de que no volvemos a levantarnos de la blanca mesa./
Aunque sea imposible no sentir/
la tristeza de partir antes de tiempo,/
seguiremos riendo con el último chiste,/
mirando por la ventana para ver/
si el tiempo sigue lluvioso,/
esperando con impaciencia/
las últimas noticias de prensa./
Sucede, por ejemplo, que estamos en el frente,/
por algo, por ejemplo, que vale la pena que se luche./
Nada más comenzar el ataque, al primer movimiento,/
Puede caerse cara a tierra, y morir./
Todo esto hemos de aceptarlo con singular valor,/
y a pesar de todo, preocuparnos apasionadamente/
por esa guerra que puede durar años y años./
Sucede/
que estamos en la cárcel./
Sucede /
que nos acercamos/
a los cincuenta años,/
y que falten dieciocho más/
para ver abrirse las puertos de hierro./
Sin embargo, hemos de seguir viviendo con los de fuera,/
con los hombres, los animales, los conflictos y los vientos,/
es decir, con todo el mundo exterior que se halla/
tras el muro de nuestros sufrimientos;/
es decir: estemos donde estemos/
hemos de vivir/
como si nunca hubiésemos de morir.
III

Se enfriará este mundo,/
una estrella entre las estrellas;/
por otra parte una de las más pequeñas del universo,/
es decir, una gota brillante en el terciopelo azul,/
es decir, este inmenso mundo nuestro./
Se enfriará este mundo un día,/
algún día se deslizará/
en la ciega tiniebla del infinito/
-no como una bola de nieve,/
no como una nube muerta,/
como una nuez vacía./
Desde ahora mismo se ha de sufrir por todo esto,/
ha de sentirse su tristeza desde ahora,/
tanto ha de amarse el mundo en todo instante,/
se le ha de amar tan conscientemente/
que se pueda decir: "HE VIVIDO"


Traducción ©1970 Soliman Salom
De "Nazim Hikmet: Antología", Alberto Corazón, Editor, 1970, Madrid

Mas poemas http://rehue.csociales.uchile.cl/rehuehome/facultad/publicaciones/autores/nazim
http://www.poeticas.com.ar/Directorio/Poetas_miembros/Nazim_Hikmet.html
www.epdlp.com/hikmet.html

¡Señores, es verdad! La violencia ha sido, y aún sigue siendo, la gran herramienta de “construcción” que el hombre ha utilizado, tanto para llegar a ser lo que hoy es como para modelar la naturaleza en su solo provecho. Y con esta acción llega a conformar un tiempo y una historia para un mal vivir: un modo de vida que hoy rige su vida social.

Pero no es con este tipo de herramienta que estamos comprometidos. No es con este hacer que queremos continuar. Es otro el que queremos contribuir a fundar, otro de signo contrario al actual, y con él, una nueva historia y sociedad de hombres libres. Son muchas las obras de hombres-poetas que señalan este camino. Una de ellas es la del poeta turco Nazim Hikmet. Ellos nos dejaron planteados sus aspiraciones y luchas por un mejor y verdadero vivir.

Sus obras son huellas de sus afanes que nos dejaron. Retomarlas o dejarlas es la decisión crucial del hombre para justificar-prolongar su existencia o seguirla negando. En “elpajaroamarillo” las retomamos, y las iremos dando a conocer. En esta oportunidad, traemos este trozo de la obra de Hikmet, una pequeña muestra de su quehacer, que lo convierte en el poeta de la esperanza y vencedor de adversidades.


DON QUIJOTE

Caballero de la juventud inmortal:
a los cincuenta años se dejó arrastrar
por su idea, que latía en su pecho.

Una mañana de julio salió a la conquista
de lo bello, lo recto, lo justo.

Ante sí: el mundo
con sus gigantes
tontos y malos.
Debajo: Rocinante.
Triste, pero heroico.

Yo lo sé:
si por azar cayeras en la pura nostalgia
y tienes además un corazón más blando que la nieve,
no habrá más caminos, Don Quijote, no habrá más caminos.
Hay que luchar con los molinos.

Tienes razón.
Sin duda, tu Dulcinea es la mujer más bella de la tierra.
Sin duda hay que gritarlo a la cara de los hipócritas.
Te arrojarán a tierra.
Te apalearán ferozmente.
Pero tú, paladín invencible de nuestra sed,
seguirás ardiendo como una llama
firme dentro tu coraza de hierro.

Y Dulcinea se volverá doblemente bella.


Nazim Hikmet.


Y lo reafirmamos: también saldremos con Hikmet, a la ”conquista de lo bello, lo justo, lo recto”. Haremos caminos enmendando “yerros” para abrir sendero ancho al ”Canto a mi mismo” que Walt Whitman nos deja en sus HOJAS DE HIERBA..
Y de “enmendaduras” a “enmendaduras” cerraremos la brecha. Y juntos todos, de la mano de Vincent Van Gogh, llevaremos a realidad la pincelada de sus GIRASOLES,
con la misma fuerza de sus palabras: “encuentra bello todo lo que puedas”, reafirmada en su hermosa enseñanza: ”Es bueno amar tanto como se pueda, porque ahí radica la verdadera fuerza, y el que mucho ama realiza grandes cosas y se siente capaz, y lo que se hace por amor está bien hecho”.

Y frente a la violencia que hoy rige nuestras vidas, y que nos obliga a caminar dentro de una historia que nos es ajena, empuñamos los fuegos y fuerzas de estos poetas-hombres para salir al combate por la verdadera vida:

Porque creemos
en estas fuegos fuerzas
en este camino
en este ”Canto a mi mismo”
en este mucho ”amar tanto como se pueda”
en este amor
en ”esta verdadera fuerza"
de todos nosotros
¡poetas-hombres!
Porque todo lo que esté hecho
”por amor está bien hecho”

EMBUSTERIA DE MADRE


Un 31 de mayo, unos años atrás, un hijo escribió este poema-vida a su madre. En esa fecha ella había izado sus velas para regresar al mar de donde vino, con su canasta de amor a cuestas, con la que siempre repartió su gigante corazón hecho de helechos y corales. Y fue como si de pronto el oleaje se hubiera detenido para dejar escapar la sal a la estación de los cielos.

El hijo supo deletrear en el silencio lo que la madre le decía y con ello afirmó esa condición humana de no desaparecer jamás de los sitios y los seres que amamos. Cumplir la mágica misión de ser hijo, dando continuidad a ese ciclo maravilloso y eterno de lo que somos.

En ese periplo encantado cada inicio vuelve de nuevo a los orígenes, es decir, a rescatar lo humano que nos define. A veces en el tiempo y con la historia de todos y de cada quien, esa condición se devasta, atropella, quiebra o sumerge en tiempos sombríos. Pero de nuevo insurge en su sueño de instalarse en la tierra como lo que es. Semilla de humanidad, especie en desarrollo, que no tiene más límites que la infinitud del universo.

Esta carta de un hijo a su madre, reproduce la carta que todas las madres quisiéramos escribir a nuestros hijos. Para que no olviden, para que comprendan, para que escuchen que en el susurro del viento hay algo nuestro que habla, que en el vuelo de las mariposas hay señales de nuestro ir y venir. Y sobre todo para que dejen sus huellas para que, a su vez, los hijos que vendrán sepan encontrarlos más allá de toda distancia. Un primero de mayo es buena fecha, como cualquiera otra, para dejarla aquí, entre estas embusterías, que son cosas que se reflejan en las pupilas del niño.

Tal vez algún día las relaciones que se establezcan entre los hombres, sean relaciones de hermanos, de padres a hijos, de hijos a abuelos, de abuelos a nietos, porque después de todo la inmensa y vasta especie humana es una gran familia, con una mesa común que es este planeta, con una residencia múltiple, con una alegría que ríe en infinitas coralías.

Ese día, el trabajo será la más alta evidencia de nuestra capacidad creadora, porque será como ser ingeniero de los espacios sin cercas, arquitecto de los granos y los frutos, jornalero de los caminos, persistente indagador de las mareas, la velocidad de la luz, las ondas sonoras. Obreros fabricantes de manjares de miel. Esforzados segadores de estrellas.

Sabemos que para muchos estas palabras no tienen mayor sentido en un mundo en el que todo tiene un precio y un sello de propiedad. Sin embargo, cuando el hombre-humano que somos se desata de cercas, se deshace de los límites que le han impuesto a su propia e irrenunciable condición, entonces vuela libre en el territorio de la ternura, el afecto, la solidaridad y la fraternidad. Le gusta adornar los días con hierbas olorosas y festejar al que aun no conoce con un ramillete de siemprevivas.

Detiene el tiempo en el dintel de una ventana a ver pasar la nube y acampar en las pupilas de un niño triste. Reconstruye el universo a partir del color de unos guijarros. En su solar aroman hierbas que curan y en su fogón se cuecen siempre confituras para compartir. Vuela papagayos para alcanzar la estatura de las estrellas. Y sabe que en el diminuto corazón de una hormiga cabe todo el misterio de la vida.

Pero vivimos aún en un mundo que ha cedido su humano espacio a las guerras y a la violencia, al poder y a la acumulación, a la venta y a la compra, al horror y a la devastación. Por ello es menester inventarse cada día, cada uno, una palabra-acción humana, para ver si de tanto taladrar la piedra logramos entre todos hacer de ella el cincel de una nueva historia, en la cual cada quien construya su propia ofrenda a la vida.

Mientras, en estos tiempos oscuros, las madres y los padres, tenemos que seguir enhebrados de las hojas, los luceros, la brisa, las gotas de rocío, la canción de los sapitos, la reverberación de los peces, para cuidar, proteger, acompañar a los hijos, que son todos, donde quiera que estén, hasta que sobreviva al fin la alegría en cada uno de los rostros que aguardan el milagro de un tiempo de humanidad.
MLS

¡Madre!
Buenos días madre
¿ríes madre?
Sí, hijo río
río para ti
desde siempre
y ahora que estoy lejos

¿A dónde vas madre?
sabes donde hijo…
Sí lo sé madre
vas como todos los días
al mercado o
a la bodega más cercana
vas a la compra diaria
la comida de tus hijos
tu almácigo de semilla dulce
tu nube blanca de agua fresca
tu canasta de amor

¿Quién te lo pide madre?
¿Quién te lo manda madre?

Mi corazón hijo
Soy madre hijo
siempre
y ahora que estoy lejos

¿Quién madre?
Ustedes hijo…
los hijos hijo
ellos me lo dicen sin decirlo
ellos me lo piden sin pedirlo
ellos me mandan sin exigirlo
siempre lo han hecho sin hacerlo
lo siguen haciendo
siempre lo hacen
y lo seguirán haciendo
¡soy madre hijo!

¿Y desde cuándo madre?
Siempre hijo
desde que te traje al mundo
durante tu crecer
ahora que eres grande
y ahora que estoy lejos
ahora que te abrazo en espíritu
que te abrazo con mi atmósfera
que me hago brisa para abrazarte
y bañarte con mi rocío mañanero
hecho de tu lágrima alegre
que dejaste en mi siembra

¿Quién madre?
Mi corazón hijo
mi amor hijo
desde siempre
en la tierra
en el mar
en el viento

Y ahora que estoy lejos
siempre hijo
ahora con los hijos del mundo
siempre hijo
¿Lejos madre?
Sí lejos…
y cerca a la vez
no ausente hijo
otra morada
cerca hijo
lo sabes hijo
soy madre hijo

¿Y qué haces madre?
Tu canasta de amor hijo
tu semilla en mi almácigo dulce
la canción que te hice desde niño
mi sudor y mi trabajo de amor hijo
el olor de mi cuerpo
sobre tu cuerpo hijo
el roce de mi alma
sobre tu alma hijo
haciendo una sola hijo
siempre juntos hijo

¿Viajas madre?
Si hijo viajo
siempre he viajado
soy navegante hijo
en el mar
en la tierra
en el viento

¡Madre siempre
no olvides mis recados!
Nunca hijo
¡nunca!
en la tierra
en el mar
en el viento

¿Cuándo vienes madre?
¡Estoy contigo hijo!
¿Te veo madre?
Siempre que tu quieras!
Cierto madre
si madre
madre siempre

¿Y dónde estás madre?
Sabes donde estoy hijo
y sabes donde voy
lo sabes bien hijo
Si madre lo sé
sé donde hallarte
lo sé bien…
en la tierra
en el mar
en el viento
en mi alma

Y madre…
nunca se me olvida
31 de mayo de 1999
madre
estás en el tiempo


jaced

EL COCUYO GUARDABOSQUE




Era un día de verano cuando los hombres se reunieron. Y con ánimo festivo dijeron: ¡vamos al bosque a bailar y a comer, sobre todo, beber y comer! Llegaron con sus bolsas de comidas y bebidas, guitarras y tambores y armaron tremenda fiesta en un claro del bosque. Y fue tanto el alboroto que logran atraer una tropilla de ardillas, luciérnagas, lechuzas, liebres, mariposas, lobos, tigres y lombrices de tierra, quienes curiosos se acercaron a distancia prudente. Y mucho se preocuparon: ¿irán a encender fuego? ¿cuánto tiempo irán estar? ¿irán a dejar sus latas y botellas de bebidas? ¿limpiarán al bosque cuando terminen su fiesta? ¡Quien sabe!, respondió la ardilla. ¡A lo mejor si lo harán!, tranquilizó la lechuza Y después de verlos bailar y oír sus canciones, ya muy avanzada la noche, se fueron a sus hogares. Pero que va no podían apaciguar sus ánimos: ¡Caramba, esta noche no podré dormir!, dijo la lombriz ¡Tampoco yo!, acompañó la voz del tigre. ¡Mejor vamos a contárselo al guardabosque! hablaron en coro. Y tomaron el camino que va a la cabaña del guardabosque.

El guardabosque era un cocuyo grande y de color marrón como la tierra fresca, quién los recibió con palabras gratas y cariñosas: ¡Y a estas altas horas de la noche que visitas son esas! ¡Algo entre manos traen! ¡Los veo intranquilos! ¡Si hermano cocuyo, estamos preocupados!, casi gritaron el lobo, la liebre y el león ¿No se ha enterado aún, señor guardabosque!, en tono calmado añadió el caimán. ¡Entren, pues, y cuentenme con calma lo que les inquieta! ¡Pero antes tomemos un cafecito, y con su calor, me contarán! Y en la salita amena, bañada por la luz plateada de la luna, al son de cafecitos dulce y calientitos se dio la conversación. Y la ardillita y la lechuza le contaron todo al Cocuyo, quién, muy atento oía, entre chupada y chupada de su pipa, de tabaco aromático. Su entrecejo empezó a encogerse, mientras iba oyendo. El cocuyo se paró, y a zancadas iba y venia por la sala de su cabaña. En verdad, empezó a inquietarse. Compartía la angustia de sus amigos. ¡Que cosas las de los hombres! ¡Y no me dijeron nada! ¡Yo los hubiera ayudado hacer mejor las cosas! El cocuyo hablaba en voz alta para que todo el bosque lo oyera. Y también la bella luna llena que desde arriba dejaba caer sus encajes blancos. Una brisa fresca y tibia soplaba en la noche espléndida, y arreglaba los pétalos de las flores para la mañana que pronto se anunciaría. Un número mayor de animales empezaron a congregarse en torno a la cabaña. Y La luna con voz cálida anunció: ¡Yo ayudaré! Aumentó la intensidad de su luz plateada, que bañó cada rincón del bosque. El lugar de la fiesta quedó tan iluminado como si fuera de día, y los hombres entendieron que no era necesario prender fogatas.

Los animales reunidos, una a uno expresaban sus inquietudes: ¡sabemos que en otros sitios se han provocados incendios!, con su trompa dijo el elefante ¡Y mucha basura queda regada contaminando el ambiente!, desde su altura apuntó la Jirafa. ¡Calma, calma! ¡Confiemos que los hombres sabrán divertirse haciendo bien las cosas!, con voz firme tranquilizó el Cocuyo guardabosque. Sobre el bosque se anunció el alba del nuevo día, y todos se fueron a sus hogares a recuperar un poco las horas no dormidas. El sol, la luna, los animales, todo el bosque, confiaron que los hombres harían las cosas bien. Y los hombres gozaron su fiestón. Al día siguiente, cansados, se marcharon a sus casas. Pero no recogieron sus latas, botellas, bolsas plásticas y cajas. Pero de esto nadie se enteró.

Y como todos los días, al primer bostezo de la aurora, el Sol salió a su misión: terminar de madurar los frutos, aligerar la fotosíntesis de las hojas, almacenar energías en los tallos y calentar a toda la tierra para nuevas cosechas. Y el Sol, de hemisferio norte a hemisferio sur, hacía su recorrido. También el Cocuyo hacía el suyo habitual. Y por los caminos iba diciendo: ¡buenos días! ¡todo va bien! Pero como a las 12 del mediodía, cuando el Sol estaba alto, en su cenit, y su calor aumentaba para bañar toda la Tierra, sucedió lo temido. Un vocerío de guacharacas cubrió al bosque: ¡incendio! ¡incendio1 ¡se quema el bosque! y las guacamayas alertaban y daban sus instrucciones: ¡corran! ¡aléjense del fuego!¡salven la comida! ¡lleven los pichones, cachorros y abuelitos cerca de los ríos! Cada quien hacía lo que podía.

Y el Cocuyo llamó a los elefantes y a las jirafas: ¡vamos a apagar la candela! ¿A dónde vamos, a dónde es el fuego? El cocuyo dirigía las operaciones. ¡Vamos al lugar donde los hombres hicieron su fiesta! ¡Allí empezó el incendio! Y salieron a combatir el fuego incontrolado y a salvar su bosque. ¿Y qué pasó? ¿Cómo empezó el fuego? Surgían de diversos sitios las preguntas. ¡No pregunten tanto! ¡Vayan a sus sitios, y abran los cortafuegos! ordenaba, con voz de mando, el cocuyo guardabosque. Los escarabajos con sus mandíbulas tenazas abrían cortafuegos aquí, y cortafuegos allá. Las ardillas y topos serraban con sus dientes viejos troncos de árboles para apartarlos de la candela y hacer diques. Los elefantes llenaban en los ríos sus trompas de agua y las vaciaban sobre la candela. Y las jirafas desde sus alturas soplaban fuerte para atajar las lenguas de fuego. Todas las mariposas aleteaban para airear el espacio. Y El Sol, desde lo alto, que veía todo, también ayudaba, bajando la potencia de sus baterías del lado donde ocurría el incendio para ayudar a enfriar los montes.

¡Salvemos al bosque!, en su paso grito el Viento! Y bandadas de mariposas y pájaros volaron hacia Sur en busca de las nubes para que trajeran las lluvias. Todos luchaban a brazo partido para controlar el fuego. Voraz se alzaba como un gigante inocente, que sin saber lo que hacía todo quería arrasar ¡Vamos todos, a concentrar nuestras fuerzas en el centro, y apuren a las nubes! gritó la jirafa. Los cisnes y cigüeñas junto a mariposas batían fuertes sus alas como ventiladores impidiendo el avance del fuego. Los otros: leones, tigres, serpientes, zorros, rinocerontes, monos, juntaban montones de tierras húmedas como muros para atajar la candela. Los elefantes, hipopótamos y cocodrilos, iban y venían, acarreando montones de agua.

Pero el incendio no quería ceder. Entonces, el cocuyo guardabosque, decidió jugársela a todo, a riesgo de su propia vida. Y como una tromba, desde la cabeza de una jirafa, se lanzó al centro del incendio, batiendo fuertemente sus alas, y cobijando el punto de ignición del fuego. Todos los animales quedaron sobrecogidos por el arrojo del Cocuyo. Y pronto de su cuerpo empezó a salir humo negro, y a oírse un chirrido y olor a cuerpo quemado. ¡Se quema el cocuyo!, un grito destemplado cruzó el bosque. ¡Lluvia, lluvia, que venga la lluvia! era el clamor unánime. Pero el Cocuyo no se dejaba vencer, y batallaba con sus alas intentando apagar la voraz candela.. Y su cuerpo, antes marrón, ya era negro. Y en el justo momento, en que sus fuerzas flaqueaban, llegaron las lluvias. Y un torrente, desde el cielo, cayó sobre el incendio y sobre el cuerpo chamuscado del Cocuyo. Por fin, el incendio fue vencido. El fuego fue apagado. Pero a nadie le quedó ninguna duda que también lo hizo el Cocuyo. Todos corrieron a socorrerlo. Y la lluvia fresca, junto a las manos solidarias de todos, aliviaron sus quemaduras. Y con las hierbas y plantas medicinales del bosque curaron sus heridas, y el cocuyo guardabosque rápidamente se recuperó.

En su cabaña terminó de curarse, y pronto alcanzó el vigor de antes. El bosque lo declaró su gran héroe. Y era el asombro de cuantos lo visitaban. Y una leyenda sobre la hazaña del Cocuyo pronto se extendió. ¡Parece otro! Se oía decir: ya no es marrón, como antes, sino negro como un carbón diamante. Y al darle la luz del sol o de la luna, sus alas despedían rayas de luz. Hoy son las mismas líneas luz-plateadas que surcan todo su cuerpo. Y cuando alza el vuelo, durante las noches, al final de su abdomen, prende una lucecita azulada que desde el incendio le quedó grabada. Ahora, cuando en las noches, se ve una lamparita suspendida en el aire, todos dicen: ¡ahí viene, el cocuyo! Y esa chispita es el mismo punto de ignición del incendio que su barrigita logró absorber. Y por eso, el fuego se apagó. ¡Que audacia y valentía! Ahora el cocuyo es un fanal repartidor de luz.

¡Caramba! ¿Quién apagó el incendio: el Cocuyo o la lluvia? ¿Y los hombres aprendieron la lección?

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